La actividad minera abandonada genera residuos albergados en escombreras y depósitos de lodos que a la larga se convierten en la principal fuente de contaminación de aguas subterráneas y superficiales, como está ocurriendo en la Cuenca del río Odiel, en Huelva.
Sacyr Ingeniería e Infraestructuras ha encontrado la oportunidad para crear plantas que sean capaces de llevar a cabo el tratamiento de esas aguas y devolverlas a los cauces en perfecto estado, incluso para el riego de cultivos.
Para solucionar este problema, Sacyr, junto con la Universidad de Huelva, y la Agencia de Medio Ambiente y Agua de la Junta de Andalucía, unieron hace cuatro años sus fuerzas en el proyecto LIFE-ETAD, financiado al 50% por la Comisión Europea a través de Life +.
Los primeros esfuerzos se centraron en la planta de tratamiento de Mina Esperanza (proyecto TAAM), para posteriormente, y dentro del proyecto LIFE-ETAD, ejecutar la planta de tratamiento de Mina Concepción con nuevos desarrollos que han mejorado de forma notable los procesos de tratamiento y la calidad de las aguas a la salida del proceso.
Con este proyecto, se acaba de demostrar recientemente el funcionamiento de esta tecnología para solucionar un grave problema existente de contaminación ambiental en más 30 puntos críticos de esta zona minera.
Francisco Javier Mateos, gestor de proyectos del área de innovación y conocimiento del departamento de I+D de Sacyr Construcción, ha trabajado con su equipo como coordinador del proyecto: Luis Vidal, Marco Gutierrez, Mercedes Martín, Agustín Galia, Javier Lara, José Ignacio Sanz, Nuria Quesada, Ricardo Bernal, Juan de Dios Osuna, José Carlos Povedano, Antonio Ramírez como representante legal ante la comisión Europea, así como con el
personal investigador de Sacyr Construcción en LIFE ETAD.
Foco de interés de compra pública en Andalucía
Debido a las especiales características de estos ríos, altamente contaminados, el Plan Hidrológico Nacional aplazó hasta 2027 los objetivos europeos de la Directiva Marco Europea del Agua (2000/60/CE) que señalaban 2015 como fecha límite para alcanzar un buen nivel ecológico y químico de las aguas europeas.
La actividad minera, especialmente pirita, genera pasivos ambientales que son abandonados por las empresas mineras y que generan a su vez drenajes ácidos con una gran concentración de metales pesados disueltos que degradan la calidad de las aguas, por lo que no hay prácticamente vida acuática en estas aguas.
El Rio Odiel y el Río Tinto están considerados como casos extremos de esta contaminación. Más de un tercio de su cuenca está contaminada. A veces esta contaminación pueden llegar hasta el Golfo de Cádiz o hasta el Mediterráneo.
“Cuando llueve, se filtra el agua a través de los materiales que en su momento fueron movilizados por la actividad minera (escombreras, minas abandonadas…), se disuelven los metales y las aguas se acidifican”, explica Francisco Javier Mateos. “Con LIFE-ETAD hemos encontrado una tecnología barata, con poco mantenimiento y nulo consumo energético. Podría ser foco de compra pública innovadora en la comunidad andaluza”, explica el experto.
Cómo funciona la tecnología DAS
El agua ácida de Mina Concepción se dirige a una balsa de pretratamiento, en la que se estanca y se oxida. La oxidación del hierro es importante para el funcionamiento de la planta.
Posteriormente va pasando por tres juegos de reactor y balsa de decantación a la salida de cada uno de ellos, estos reactores se rellenan con lo que denominamos DAS (Dispersed Alkaline Substrate).
El DAS es una mezcla de virutas de madera con un reactivo alcalino como son la Calcita, la Magnesia o el Carbonato de Bario (Witherita). Según van pasando las aguas por los diferentes reactores, va subiendo el pH del agua provocando la precipitación de los metales pesados divalentes y trivalentes en los propios reactores y en las balsas de decantación que se sitúan a la salida de cada uno de ellos. Finalmente, en el último reactor se produce la eliminación de los sulfatos, quedando el agua a la salida de la planta apta para riego.
En las últimas pruebas, la planta de Mina Concepción trató unos 6.860 m3 de agua ácida. Durante este periodo la retención de sulfato fue del 69% como promedio.
“Esta prueba ha confirmado que la tecnología DAS puede utilizarse a gran escala y de forma pasiva para la eliminación de la acidez y la retención de metales pesados y sulfatos”, explican José Miguel Nieto y Francisco Macías, investigadores de este proyecto en la Universidad de Huelva que han llevado a cabo el proceso tecnológico de descontaminación del agua.