ISABEL RUBIO ARROYO | Tungsteno
Mientras que algunos investigadores sugieren usar ascensores de rascacielos para ahorrar y generar energía, otros buscan la forma de hacerlo utilizando nieve, microalgas o equipando los cruceros con velas fotovoltaicas. Otra alternativa que lleva años en el punto de mira son las granjas solares espaciales. ¿Cuáles son los obstáculos técnicos y económicos que nos separan de esta utopía energética?
En busca de la energía solar ininterrumpida
La idea detrás de la energía solar espacial es simple y atractiva: aprovechar la energía solar en el espacio, donde está disponible de forma continua sin importar el clima local o la oscuridad. Esta energía se recolectaría en satélites en órbita alrededor de la Tierra y luego se transmitiría de forma inalámbrica a puntos de captación en la superficie. “En lugar de competir, el concepto complementa a las energías renovables terrestres, porque la energía solar basada en el espacio puede hacer que la energía esté disponible de manera fiable las 24 horas del día, los 7 días de la semana”, afirma la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés).
La ESA ha firmado contratos para realizar dos estudios conceptuales de plantas de energía solar basadas en el espacio a escala comercial. "Realmente estamos partiendo de una hoja de papel en blanco para obtener un diseño actualizado de cómo podrían verse los satélites de energía solar en funcionamiento, obteniendo ideas prometedoras de todos los lugares donde podamos y aprovechando los últimos avances en tecnologías espaciales y terrestres", afirma Sanjay Vijendran, director de SOLARIS de la ESA.
Varios investigadores intentan desplegar granjas solares en el espacio. Crédito: Euronews.
Los desafíos de las granjas solares espaciales
Esta idea no es nueva. Ha existido al menos desde finales de la década de 1960, según cuenta Matteo Ceriotti, profesor titular de ingeniería de sistemas espaciales en la Universidad de Glasgow: “A pesar de su enorme potencial, el concepto no ha ganado suficiente fuerza debido a los costos y los obstáculos tecnológicos”. Para Ceriotti, la principal limitación es la enorme cantidad de masa que es necesario lanzar al espacio y su coste por kilogramo. “Empresas como SpaceX y Blue Origin están desarrollando vehículos de lanzamiento de carga pesada, centrándose en reutilizar partes de esos vehículos después de haber volado”. Si bien esto puede reducir notablemente los costes, serían necesarios cientos de lanzamientos.
Para Ceriotti, las misiones para desplegar la energía solar basada en el espacio son desafiantes y es necesario evaluar algunos riesgos. “Si bien la electricidad producida es totalmente ecológica, el impacto de la contaminación de cientos de lanzamientos de cargas pesadas es difícil de predecir”, destaca. Además controlar una estructura tan grande en el espacio requerirá cantidades sustanciales de combustible, “lo que implica que los ingenieros trabajen con productos químicos a veces muy tóxicos”.
Desplegar granjas solares en el espacio resulta costoso y conlleva desafíos técnicos. Crédito: SciShow Space.
Una propuesta “más factible y deseable que nunca”
Pese a estas limitaciones, Vijendran considera que hay muchas razones por las que la energía solar basada en el espacio “parece mucho más factible y deseable que nunca": “Estas incluyen el coste reducido del lanzamiento a órbita con la llegada de lanzadores reutilizables, el coste reducido del hardware satelital a través de la producción en masa –con nuevas constelaciones como Starlink y OneWeb– y tendencias hacia diseños de satélites de energía solar muy modulares”. A ello se suma que la robótica espacial y las tecnologías de montaje y mantenimiento en el espacio “han avanzado mucho en las últimas dos décadas”. Algo que, según el experto, será esencial para la construcción y el mantenimiento de centrales solares.
Aún es pronto para saber si finalmente las granjas solares llegarán al espacio. Mientras algunas empresas como Space Solar esperan tenerlas operativas en 2035, otros investigadores apuestan por otras alternativas como poner reflectores en el espacio para que las granjas solares en la Tierra funcionen cada día más tiempo. Ceriotti reconoce que el desafío de construir estas plataformas en el espacio puede parecer desalentador, pero destaca que la energía solar espacial es tecnológicamente factible. “Para ser económicamente viable, requiere ingeniería a gran escala y, por lo tanto, un compromiso decisivo y a largo plazo por parte de los gobiernos y las agencias espaciales”, concluye.
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