ISABEL RUBIO ARROYO | Tungsteno
Sobrevolar los cielos y espiar al enemigo desde las alturas sin ser detectado es uno de los sueños de múltiples organizaciones militares. Mientras que los aviones y satélites se presentan como una alternativa costosa y con ciertas limitaciones en misiones de vigilancia, el Departamento de Defensa de Estados Unidos experimenta con globos estratosféricos. Estas aeronaves han sido una herramienta muy útil para la ciencia y la innovación tecnológica, tanto en el estudio del cosmos como en la confección de pronósticos meteorológicos. Analizamos la viabilidad de esta vieja tecnología frente a los más sofisticados drones y aeronaves de última generación.
El sueño de vigilar desde las alturas
Entre las principales desventajas de los drones y los aviones, está el límite de tiempo que permiten inspeccionar una zona y el coste. “Incluso con el Global Hawk (un avión no tripulado de reconocimiento estratégico de Estados Unidos), solo se pasan unas 20 horas sobre el área de interés, y menos si tienen que viajar una distancia significativa para llegar allí”, afirma Justin Bronk, analista del think tank de defensa de Reino Unido RUSI en la revista Popular Mechanics.
Mientras que múltiples potencias buscan la forma de vigilar una zona durante semanas a un precio asequible, hay quienes buscan la solución en los globos estratosféricos (que vuelan de 15 a 50 kilómetros de altitud). Es el caso de World View Enterprises, una empresa con sede en Arizona que desarrolla tecnología para el Pentágono y la NASA, además de ofrecer servicios de turismo espacial. Hace un par de años, la compañía consiguió que uno de sus globos permaneciese en el aire durante 32 días. Sus creadores aseguran que este tipo de globos, cuyo volumen alcanza los 800.000 pies cúbicos (22.650 metros cúbicos), podrían utilizarse para monitorizar desastres naturales o en misiones de reconocimiento militar.
El bajo coste de este tipo de globos y su capacidad de operar durante días pueden convertirlos en una alternativa atractiva frente a otras aeronaves. Crédito: NASA Wallops.
Tecnología para detectar misiles supersónicos
Con el programa COLD STAR (COvert Long Dwell STratospifer ARchitecture), el Departamento de Defensa de Estados Unidos pretende espiar a sus enemigos con globos estratosféricos equipados con sensores de alta fidelidad, sistemas de navegación autónoma e inteligencia artificial. Este tipo de aeronaves, con los que parece que ya se han realizado algunas pruebas, podrían utilizarse para detectar misiles hipersónicos —que viajan a una velocidad al menos cinco veces superior al sonido—. Además, en su góndola (la canasta que pende del globo) podrían portar todo tipo de dispositivos: de cámaras diurnas y térmicas a radares, sensores de radiofrecuencia, paneles solares o enjambres de drones para llevar a cabo más misiones de vigilancia.
Los globos de este programa aspiran a mantenerse totalmente transparentes ante los radares enemigos. En teoría, su canasta podría pasar inadvertida al no estar diseñada con líneas rectas y esquinas afiladas que produzcan reflejos. Pero, en realidad, ningún globo puede ser completamente invisible, tal y como indica el portal Popular Mechanics: “Incluso a 80.000 pies (unos 24 kilómetros), un objeto de tal tamaño es visible como una mancha brillante si es captado por la luz del sol en el ángulo correcto”. Aun así, Bronk subraya que muchos radares antiguos identifican automáticamente los objetos que sobrevuelan los cielos lentamente como si fueran aves. Ante sistemas con esta tecnología anticuada, cualquier globo podría pasar inadvertido.
Otro programa del Departamento de Defensa de EEUU, llamado Trippwire, consiste en desarrollar tecnología para detectar este tipo de globos y derribarlos. Acabar con ellos a priori parece más complicado que hacerlo con un avión o un dron, ya que carecen de cabinas presurizadas, tanques de combustible, municiones o turbinas de alta velocidad. Pero, según Bronk, aunque la ofensiva “no produciría un evento explosivo como sí lo haría un golpe en un avión, hay bastantes posibilidades de dejarlo fuera de servicio”. El Comité de Servicios Armados del Senado de Estados Unidos considera que aún es necesario realizar más pruebas antes de que las tecnologías de este proyecto se utilicen en servicios militares.
El Departamento de Defensa de Estados Unidos pretende usar con globos estratosféricos autónomos con sensores de alta fidelidad e inteligencia artificial en misiones de vigilancia. Crédito: NASA.
Sistemas que miden los patrones de viento
La idea de recurrir a globos para vigilar al enemigo no es nueva. EEUU ya lo hizo hace décadas. El proyecto Genetrix, impulsado por la Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF, por sus siglas en inglés), consistía en lanzar globos sobre China, Europa del Este y la Unión Soviética para fotografiar infraestructuras secretas. De los más de 500 globos que se lanzaron, se recuperaron 54, pero sólo 31 tomaron imágenes útiles. Esto se debía a que las aeronaves sólo podían desplazarse al azar con el viento.
Para poner solución a este problema, había que entender cómo funciona la estratosfera. En ella, los patrones de viento se mantienen constantes a una altitud determinada. Por lo tanto, si se dispone de información meteorológica adecuada, es posible hacer que el globo vaya en cualquier dirección. La iniciativa Project Loon de Google, que comenzó a fraguarse en 2011, consistía en desarrollar globos que, impulsados por los vientos de la estratosfera, pudieran llevar Internet a cualquier rincón del planeta. Algunas de estas aeronaves fueron utilizadas para brindar cobertura de emergencia a Puerto Rico después del huracán María.
En los últimos años ciertas compañías han mejorado los algoritmos de predicción del viento para conseguir que los globos vuelen a la altitud y en la dirección adecuada. Mientras tanto, la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa (DARPA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, ha desarrollado un sensor láser para que los globos estratosféricos midan la velocidad y la dirección del viento en tiempo real y puedan usar esta información para permanecer en un lugar determinado. Los vientos soplan en diferentes direcciones a diferentes altitudes. “Al volar más alto, esperamos aprovechar una mayor variedad de vientos”, afirma Alex Walan, gerente del proyecto encargado de diseñar este sensor láser.
La NASA planea estudiar el cosmos desde un globo estratosférico. Crédito: Laboratorio de Imagen Conceptual del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA / Michael Lentz.
Todos estos avances aspiran a hacer de los globos estratosféricos una alternativa más asequible y viable que otras máquinas. Aún habrá que esperar para comprobar si las pruebas del Departamento de Defensa de Estados Unidos prosperan y estas aeronaves se convierten finalmente en un arma militar clave para vigilar lugares estratégicos. Mientras tanto, estos globos se utilizan a día de hoy para efectuar todo tipo de mediciones. La NASA ya los ha usado para comprender la conexión entre el Sol y la Tierra y ahora planea transportar un telescopio de 2,5 metros a la estratosfera en un globo. A la carrera por conquistar las alturas aún le queda mucho recorrido.
· — —
Tungsteno es un laboratorio periodístico que explora la esencia de la innovación. Ideado por Materia Publicaciones Científicas para el blog de Sacyr.