ISABEL RUBIO ARROYO | Tungsteno
Sólo el 5% del océano ha sido explorado y cartografiado por los humanos, según la UNESCO. Un vehículo oceanográfico autónomo ha identificado un monte submarino previamente no identificado que es más grande que el edificio más alto de la Tierra. Estas formaciones geológicas podrían servir como punto de referencia para hábitats distintos y para hallar vida previamente desconocida. ¿Qué se sabe sobre esta misteriosa montaña que es más alta que el Burj Khalifa?
Un monte gigante oculto bajo el agua
El vehículo en cuestión se llama Saildrone Surveyor y ha pasado varios meses inspeccionando las Islas Aleutianas de Alaska y frente a la costa de California. En total, ha examinado más de 45.000 kilómetros cuadrados de fondo oceánico, incluso con vientos de 35 nudos y olas de más de 5 metros (16 pies). Estas condiciones habrían resultado “demasiado desafiantes para la mayoría de los buques de investigación tripulados”, según Saildrone.
Uno de sus hallazgos más llamativos es un monte submarino previamente desconocido frente a la costa de California de aproximadamente 1.000 metros (unos 3.200 pies) de altura. Este monte es, por lo tanto, más alto que el rascacielos más alto del mundo: el Burj Khalifa, situado en Dubai. Con más de 828 metros de altura y 160 plantas, este edificio ostenta varios récords mundiales. Además de ser el edificio más alto del planeta, cuenta con la plataforma de observación al aire libre más alta del mundo y los ascensores con mayor distancia de recorrido del mundo.
El Saildrone Surveyor es el vehículo de cartografía oceánica no tripulado más grande del mundo. Crédito: Saildrone.
Un fondo marino sin explorar
“La identificación de estos montes submarinos mejora nuestra comprensión de los procesos físicos del océano e identifica áreas que necesitan una mayor exploración como hábitats únicos”, afirman desde Saildrone. La Zona Económica Exclusiva (ZEE) de los Estados Unidos, que se extiende desde la costa hasta 200 millas náuticas de la orilla, es una de las más grandes del mundo, pero gran parte permanece sin mapear, observar y explorar. “En términos de superficie, Alaska es, por mucho, la región menos mapeada de la ZEE de EE. UU.”, afirman desde Saildrone.
Aurora Elmore, gerente del Instituto Cooperativo de Exploración Oceánica de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) asegura que, de una manera u otra, todos los estadounidenses dependen del océano: “Desde las proteínas del pescado para alimentar a animales o humanos, hasta los cables submarinos que hacen posible internet”. “La única forma en que Estados Unidos puede maximizar sus recursos oceánicos es comprender lo que hay allí”, sostiene.
Durante la misión, el Surveyor también transportó tecnología del Instituto de Investigación del Acuario de la Bahía de Monterey (MBARI) para recolectar ADN ambiental. “Equipado con el Procesador de Muestras Ambientales, un innovador ‘laboratorio enlatado’, el Surveyor pudo recolectar pistas importantes sobre la biodiversidad marina y la salud del océano a partir de las ‘huellas dactilares’ genéticas dejadas por la vida marina”, indican desde Saildrone. Pero no ofrecen muchos detalles al respecto.
El Surveyor aspira a desentrañar los misterios más profundos del océano. Crédito: Saildrone.
Ecosistemas únicos en el fondo del océano
Esta misión está financiada por la NOAA y la Oficina de Manejo de Energía Oceánica. Es el primer paso para mapear el fondo marino de regiones clave en las aguas de las Aleutianas en alta resolución. Así lo afirma Elmore, que destaca que la ventaja del Surveyor es que “permite realizar ese paso inicial de exploración de manera más rápida, económica y con menos personal”.
No es el único proyecto de este tipo. La tripulación del buque de investigación Falkor (too) del Schmidt Ocean Institute también busca desentrañar las incógnitas del fondo oceánico y ha descubierto varias montañas submarinas gigantescas. "Un mapa es una herramienta fundamental para comprender nuestro planeta: la localización de montes submarinos casi siempre nos lleva a puntos críticos de biodiversidad poco estudiados", señala Jyotika Virmani, directora ejecutiva del Schmidt Ocean Institute. Según cuenta, “cada vez que encontramos estas bulliciosas comunidades en el fondo marino, hacemos nuevos descubrimientos increíbles y avanzamos en nuestro conocimiento de la vida en la Tierra".
Los montes submarinos pueden albergar puntos críticos de biodiversidad. Crédito: Schmidt Ocean Institute.
Aún se desconocen muchos detalles sobre los montes submarinos mencionados. Pero su descubrimiento pone sobre la mesa múltiples preguntas: desde cómo se formaron a qué tipo de vida marina hay en ellos, qué impacto tienen en las corrientes oceánicas o incluso si podrían ser una fuente de recursos minerales. Como destaca Jamie McMichael-Phillips, director del proyecto Seabed 2030, “con el 75% del océano aún por explorar mapeado, hay mucho por descubrir”: “La cartografía de los océanos es crucial para nuestra comprensión del planeta y, a su vez, para nuestra capacidad de garantizar su protección y gestión sostenible”.
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