ISABEL RUBIO ARROYO | Tungsteno
Alexandre Gustave Eiffel se convirtió en una referencia internacional tras construir una de las torres más emblemáticas del mundo: la Torre Eiffel. Pero este ingeniero especializado en estructuras metálicas hizo muchas otras estructuras únicas: de puentes a estaciones de ferrocarril pasando por el armazón de hierro de la Estatua de la Libertad e incluso túneles de viento. Investigamos la vida y obra de este gran ingeniero y empresario francés, que fue salpicado por un caso de corrupción que casi arruina su carrera.
El maestro que dio vida al metal
Tras terminar sus estudios en la Escuela Central de las Artes y las Manufacturas de París en 1855, Eiffel fundó y desarrolló una empresa especializada en carpintería metálica. Su legado es de un valor incalculable: construyó cientos de obras metálicas por todo el mundo. “Si bien los puentes, y en concreto los puentes ferroviarios, fueron su campo de trabajo preferido, también se forjó un nombre en el campo de la carpintería metálica y las instalaciones industriales”, explican desde la Torre Eiffel.
“Eiffel logró posicionar su empresa en el cuarto, quinto o sexto lugar de las grandes empresas francesas de construcción metálica”, afirma el ingeniero e historiador Bertrand Lemoine, que explica que gran parte del éxito se debió a su conocimiento de los materiales y su capacidad para elegir buenos colaboradores. La Torre Eiffel, levantada en París en 1889, es su creación más famosa. Pero es solo un ejemplo más de su obra en metal, entre la que destacan dos viaductos casi gemelos (el de Oporto y el de Garabit, en Francia) o el Puente de Hierro de Burdeos.
La Torre Eiffel es la creación más famosa de Gustave Eiffel. Crédito: Web oficial de la Torre Eiffel.
El escándalo de corrupción que amenazó su carrera
No todo fueron luces en la carrera de Eiffel. En 1893, el ingeniero se vio salpicado por un grave escándalo de corrupción relacionado con la construcción de unas esclusas en el Canal de Panamá. A la Compañía Francesa del Canal de Panamá, creada por el diplomático y empresario francés Ferdinand de Lesseps, no le fue fácil reunir los fondos necesarios para llevar a cabo el proyecto. Fue entonces cuando se llevó a cabo una gran campaña publicitaria que resultó un fiasco cuando la prensa detectó que se estaba comprando a muchos parlamentarios para obtener un préstamo especial y abrir el capital nuevamente a los accionistas, según recoge Radio France.
La empresa no logró reunir los fondos, cesó sus pagos y abandonó la obra. Lo que llevó a todos los accionistas arruinados a presentar una denuncia por fraude y abuso de confianza contra Ferdinand de Lesseps y otros involucrados, entre ellos Eiffel. Los periódicos Le Petit Parisien o Le Figaro indicaban que se le acusaba de "haber recibido ciertas sumas para realizar diversas tareas que no llevó a cabo". El 9 de febrero de 1893 el ingeniero fue condenado a dos años de prisión y a pagar 20.000 francos, aunque tras la apelación fue absuelto y no ingresó en la cárcel.
Eiffel se vio salpicado por uno de los mayores escándalos financieros del siglo XIX. Crédito: Web oficial de la Torre Eiffel.
El legado científico de Eiffel
Estos hechos llevaron a Eiffel a retirarse del mundo de los negocios y centrarse en la investigación. Los últimos 30 años de su vida se dedicó a hacer experimentos. El ingeniero quería ante todo demostrar la utilidad de la Torre Eiffel para evitar que fuera desmantelada a los 20 años, como se había acordado en un principio. El monumento se convirtió así en un laboratorio donde realizó experimentos de meteorología, y aerodinámica e incluso hizo construir un pequeño túnel de viento.
Pero “fue la radio la que hizo de la torre un laboratorio imprescindible”, según Lemoine. A finales del siglo XIX, según cuenta, se inventó la transmisión inalámbrica remota de señales. Algo que despertó el interés de las autoridades militares. La Torre Eiffel era un lugar ideal para experimentar con estas tecnologías debido a su altura, que permitía transmitir mensajes a larga distancia y en un área amplia. El monumento adquirió “un interés estratégico para el ámbito militar” y obtuvo una prórroga de la concesión del terreno durante 70 años más. “Desde entonces, no surgieron más dudas sobre su destino”, destaca Lemoine.
Además de ser un gran constructor, Eiffel realizó múltiples experimentos científicos. Crédito: RFI English.
Eiffel falleció el 27 de diciembre de 1923, a los 91 años, rodeado de su familia. Con motivo del centenario de su muerte, este año se realizarán varios homenajes al ingeniero. En la Torre Eiffel, se organizarán exposiciones y experiencias inmersivas. Además, se va a diseñar una música e iluminación especial del monumento junto con el DJ y productor francés Michael Canitrot. Otras entidades como la Asociación de Descendientes de Gustave Eiffel (AGDE) y La Poste también realizarán homenajes con un claro objetivo: que en la cabeza de muchos siga rondando el legado de este genio del metal.
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