El proyecto, adjudicado por el Departamento de Infraestructuras del Gobierno de Irlanda del Norte, incluía el diseño y construcción de la vía, que tiene una longitud de 25 kilómetros.
Este tramo forma parte del Corredor de Transporte Noroeste que une el área metropolitana de Belfast y el Noroeste del país. Para su ejecución, el consorcio, formado por Sacyr y Wills Bros realizó 22 estructuras, entre las que destacan cuatro nuevos enlaces y tres rotondas.
Las cantidades principales del proyecto dan una idea clara de su enorme envergadura: 4 millones de metros cúbicos de movimiento de tierras, 500.000 toneladas en ejecución de firmes semiflexibles y 50 kilómetros de sistemas de drenaje.
Unas mejoras que garantizan la comodidad, viabilidad y seguridad de los más de 15.000 usuarios que utilizan la vía a diario. Además de un ahorro notable de tiempo, reduciendo en más de 10 minutos el recorrido. Desde el inicio del contrato, más de 600 profesionales han colaborado en el éxito de proyecto.