ISABEL RUBIO ARROYO | Tungsteno
Los escarabajos, cucarachas o libélulas cyborg pueden entrar en espacios a los que los humanos no pueden llegar. Algo que podría resultar útil para rescatar supervivientes en terremotos y otras situaciones de emergencias o a la hora de inspeccionar lugares peligrosos para, por ejemplo, detectar fugas de gas. Investigamos el potencial y los desafíos asociados a la integración de componentes tecnológicos en estos organismos vivos.
De rescates a inspecciones de lugares peligrosos
Los cyborgs tienen el potencial de realizar funciones que exceden las capacidades normales del organismo, como indica una investigación publicada en la revista científica Nature. “Si pensamos en las funciones de los insectos que los animales no pueden hacer, eso nos inspira a pensar en lo que pueden hacer los robots más pequeños a escala de insectos, que los robots más grandes no pueden hacer”, afirma Kevin Chen, profesor asistente de ingeniería eléctrica en el MIT al periódico The Washington Post.
La idea de crear este tipo de cyborgs no es nueva. En 2006, la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa de Estados Unidos (DARPA) pidió a los científicos estadounidenses que presentaran "propuestas innovadoras para desarrollar tecnología para crear insectos-cyborgs". En 2009 unos investigadores de la Universidad de California en Berkeley anunciaron que habían implantado con éxito electrodos en un escarabajo para controlar sus movimientos en el vuelo. "Demostramos el control remoto de insectos en vuelo libre a través de un sistema de estimulación neuronal en miniatura implantable equipado con radio", explicaron en un artículo publicado en la revista Frontiers in Integrative Neuroscience.
En los últimos años, varios investigadores han tratado de crear insectos cyborg con pequeños circuitos integrados para controlar su comportamiento de cara a la búsqueda y el rescate urbano, el monitoreo ambiental, la inspección de áreas peligrosas e incluso la polinización de cultivos. Mientras que algunos científicos construyen robots completos que imitan el movimiento y el tamaño de insectos reales como las abejas, otros ponen dispositivos electrónicos en insectos vivos como las libélulas e intentan controlarlas.
El proyecto DragonflEye busca convertirlas libélulas en una especie de drones. Crédito: Quartz.
Los desafíos para los insectos ‘cyborg’
Los sensores electrónicos son cada vez más pequeños y mejores y las técnicas de fabricación más sofisticadas. Pero todavía hay algunos desafíos que sortear. Una de las posibles limitaciones de estos cyborgs es el volumen y el peso de las baterías. Algo que, en teoría, se podría solventar haciendo que los robots regresen a las ubicaciones de recarga designadas antes de que se agoten las baterías o suministrando energía a las baterías de forma inalámbrica.
Así lo indica un equipo de investigadores que asegura haber desarrollado un insecto cyborg recargable que utiliza una especie de mochila con un módulo de células solares orgánicas ultrasuaves que no afecta a su capacidad de movimiento. Las pruebas, cuyos detalles han sido publicados en Nature, han sido realizadas con la cucaracha gigante de Madagascar o cucaracha silbadora (Gromphadorhina portentosa), que no tiene alas.
Las cucarachas ‘cyborg’ podrían ayudar a encontrar supervivientes en situaciones de emergencia. Crédito: Riken.
"Las baterías dentro de los robots pequeños se agotan rápidamente, por lo que el tiempo de exploración se acorta", explica Kenjiro Fukuda, el investigador que lideró la investigación, a Reuters. Un beneficio clave en este caso es que “cuando se trata de los movimientos de un insecto, éste se mueve a sí mismo, por lo que la electricidad requerida no es tanta".
Además, algunos expertos cuestionan el impacto de este tipo de tecnologías en el bienestar de estos animales. A Jeff Sebo, profesor de bioética animal en la Universidad de Nueva York, le preocupa cómo se pueden sentir los insectos vivos al ser controlados por humanos mientras transportan tecnología pesada. Según explica, no está claro si sienten dolor o angustia, pero eso no significa que los humanos deban ignorarlo. “Ni siquiera estamos pasando por la petición de tener leyes o políticas o juntas de revisión para que podamos intentar reducir los daños que les imponemos”, añade.
Algunos investigadores sugieren enviar pequeñas descargas al abdomen de las cucarachas para dirigirlas. Crédito: Riken English Channel.
Aunque las promesas de varios investigadores resultan prometedoras, la mayoría de los avances aún se encuentran en fase de investigación, a años de su comercialización. Pero, como señala Chen, hay que tener en cuenta que hace 10 años todo esto “sonaba a ciencia ficción”. Algunos de sus vaticinios actuales también parecen sacados de un futuro muy lejano. Se imagina un enjambre de robots que imiten a las luciérnagas o abejas y polinicen cultivos en granjas verticales y en el espacio. En este último escenario, “un robot volador sería mucho más adecuado que enviar abejas”. Solo el futuro revelará si sus predicciones se hacen realidad o finalmente se quedan en el terreno de la imaginación.
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