ISABEL RUBIO ARROYO | Tungsteno
Rem Koolhaas trabajó como periodista antes de convertirse en arquitecto. Conocido por su estilo provocativo, se convertiría en uno de los arquitectos más influyentes del mundo. Tanto que fue galardonado con un prestigioso Premio Pritzker en el año 2000. Entre sus obras más conocidas, están la sede de la Televisión Central de China en Pekín o la Fundación Prada en Milán. Pero si por algo saltó a la fama es por el libro Delirious New York: A Retroactive Manifesto for Manhattan, donde destaca su visión sobre el caos y la vitalidad de esta ciudad.
El libro que catapultó a Koolhaas a la fama
Los escritos de Koolhaas le dieron fama en el campo de la arquitectura antes de completar un solo edificio, como indican los organizadores de los premios Pritzker. El arquitecto, que nació en Rotterdam y vivió cuatro años de su juventud en Indonesia, fue periodista en los años sesenta. Después se graduó en la Escuela de la Asociación de Arquitectura de Londres, en 1972, y recibió la beca para viajar e investigar en Estados Unidos. Allí escribió Delirious New York, un libro que describió como un "manifiesto retroactivo para Manhattan" y que los críticos aclamaron como un texto clásico sobre la arquitectura y la sociedad modernas.
En este libro, Koolhaas examina Nueva York como una metáfora de la diversidad del comportamiento humano. A finales del siglo XIX, la explosión demográfica, tecnológica y de información transformó Manhattan en un laboratorio para la invención y prueba de un nuevo estilo de vida: la cultura de la congestión. Esta cultura, según el experto, se refleja en la arquitectura de la ciudad. “Manhattan es la piedra de Rosetta del siglo XX. Ocupada por mutaciones arquitectónicas (Central Park, el rascacielos), fragmentos utópicos (Rockefeller Center, el edificio de la ONU) y fenómenos irracionales (Radio City Music Hall)”, escribió Koolhaas.
La ciudad de Nueva York es en la actualidad una metrópolis llena de contrastes. Crédito: Pxhere.
El Edificio Chrysler se acuesta con el Empire State
La icónica portada de este libro muestra al Empire State Building y al Edificio Chrysler acostados en la misma cama. Esta imagen simbólica captura la esencia del enfoque del arquitecto hacia la ciudad de Nueva York, presentando una visión provocativa y lúdica de la arquitectura y el urbanismo. Cuando Koolhaas lo escribió, la ciudad se encontraba en una espiral de violencia y decadencia. Pero para él, era un paraíso urbano potencial. "Estaba orientado contra esta idea de Nueva York como un caso perdido", afirmó Koolhaas a la revista Smithsonian. Cuanto “más inverosímil parecía defenderlo”, más emocionante le resultaba escribir sobre ello.
El libro explora en profundidad el caos y la complejidad de Nueva York como una metrópolis en constante evolución. Aunque los primeros rascacielos se construyeron en Chicago, Koolhaas argumenta que Nueva York se convirtió en el verdadero epicentro de la modernidad urbana. Algunos críticos han acusado al arquitecto de celebrar la congestión y la falta de planificación urbana en Manhattan. Sus defensores sostienen que su análisis busca destacar la complejidad y la vitalidad de la vida urbana. En la actualidad, las opiniones de Koolhaas sobre Nueva York han cambiado. “Ya no veo Nueva York como una realidad física, sino como el epicentro de ciertos valores a los que no me siento nada próximo”, explicó a Icon Design en 2023.
El legado del arquitecto
En 1975, Koolhaas fundó la Oficina de Arquitectura Metropolitana (OMA) en Londres, una firma enfocada en el diseño contemporáneo. La empresa ganó un concurso para ampliar el Parlamento en La Haya y un importante encargo para desarrollar un plan maestro para un barrio residencial en Ámsterdam. Años más tarde, el arquitecto fue contratado para diseñar y construir el Teatro de Danza de los Países Bajos.
Entre sus obras más icónicas, están la Casa Austriaca, el Centro de Artes Escénicas de Taipei, la Biblioteca Nacional de Qatar y la Sede de la Fundación Qatar, la Fundación Galeries Lafayette en París, la Fundación Prada en Milán, la sede de la Televisión Central China en Beijing o la Biblioteca Central de Seattle. También publicó el libro S, M, L, XL en 1995. En él, resumía el trabajo de OMA en lo que él mismo llamaba una "novela sobre arquitectura", que incluye pensamientos, planes, fotografías, ensayos y ficciones.
La sede de la Televisión Central de China es obra de los arquitectos Rem Koolhaas y Ole Scheeren. Crédito: Wikimedia Commons.
Pese al éxito de Delirious New York y a su larga trayectoria como arquitecto, a sus 79 años Koolhaas considera que nunca lo ha tenido fácil: “Nunca hemos podido rechazar clientes. Nunca llegamos a ese momento de tranquilidad garantizada”. “Creo que es porque, además de aportar un interés por la arquitectura, al mismo tiempo aportábamos crítica, lo cual hacía nuestra propuesta menos atractiva para muchos clientes. Posiblemente ahuyentábamos a tantos como venían”, señala.
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