ISABEL RUBIO ARROYO | Tungsteno
Del restaurante submarino Ithaa, ubicado en Maldivas, al túnel ferroviario Transbay Tube, que conecta el centro de San Francisco con el oeste de Oakland. Son algunas de las construcciones submarinas más impresionantes del planeta. Construir bajo el agua no es tarea fácil. Al desafío de encontrar materiales adecuados, se suma el de manejar la presión del agua y prevenir la corrosión de las estructuras. Si ya se han construido algunos edificios bajo el agua, ¿el próximo paso serán las ciudades submarinas?
Museos, hoteles y otras construcciones submarinas
Un grupo de 35 figuras humanas caminan frente a un muro en las profundidades del mar. Este escenario se da en el Museo Atlántico, que se puede visitar buceando en las costas de Lanzarote, en España. También existe un parque de esculturas subacuáticas en la Gran Barrera de Coral, en Australia. El objetivo de sus creadores es que sean colonizadas por corales y otras especies marinas amenazadas. “El arte y la ciencia son socios críticos en la batalla contra el cambio climático y fundamentales para realinear nuestra relación con el mundo natural”, afirma Jason deCaires Taylor, el escultor artífice de las obras, al portal New Scientist.
El Museo Atlántico tiene 10 grupos diferentes de esculturas. Crédito: RICI Comunicación.
Además de museos submarinos, bajo el agua también hay algún que otro hotel, estaciones de investigación, túneles ferroviarios, restaurantes e incluso un club nocturno. El complejo Conrad Maldives en la isla privada Rangali de las Maldivas inauguró en 2018 una suite de lujo sumergida a unos cinco metros bajo el agua. Una noche en ella cuesta más de 9.000 dólares —unos 8.230 euros—. El resort Anantara Kihavah Maldives Villas, también ubicado en las Maldivas, cuenta con un restaurante submarino. “Observe cómo nadan los tiburones, las tortugas y los peces tropicales mientras saborea la comida gourmet en su máxima expresión”, sugiere la web del hotel.
En el Santuario Marino Nacional de los Cayos de Florida, a unos 18 metros de profundidad, está la Base del Arrecife Aquarius. Se trata de un laboratorio que, según la Universidad Internacional de Florida, se utiliza para “estudiar el océano, probar y desarrollar tecnología submarina de última generación, capacitar a buzos especializados y atraer a una audiencia mundial a través de experiencias presenciales y virtuales”.
El resort Anantara Kihavah Maldives Villas tiene un restaurante submarino. Crédito: Anantara Kihavah.
El desafío de construir bajo el agua
Al construir en el agua, hay que usar materiales que puedan resistir a la presión del agua, la corrosión y la erosión. Los más utilizados son el concreto, el vidrio acrílico y el acero. Así lo explica la compañía BigRentz, que indica que “el acero, normalmente encerrado en concreto, forma una estructura sólida para edificios submarinos”. Una investigación publicada en la revista Construction and Building Materials indica que el concreto submarino se utiliza comúnmente para construir puentes, presas y otras estructuras.
Otro factor a tener en cuenta es cómo se levantarían estas ciudades. “Hoy en día, los buzos pueden realizar construcciones bajo el agua, pero el buceo profesional es peligroso, y los tipos de herramientas y equipos que pueden funcionar bajo el agua y ser utilizados de manera segura por ellos son bastante limitados”, indica el portal especializado en noticias marítimas gCaptain. Por esta razón, para hacer construcciones submarinas, se suele intentar retirar y retener el agua de forma temporal —una técnica que se conoce como deshidratación—.
Construir bajo el agua conlleva varios desafíos. Crédito: Practical Engineering.
Aún es pronto para saber si en unas décadas se construirá alguna ciudad de este tipo. Levantar una urbe submarina plenamente funcional y habitable conlleva retos técnicos, logísticos y económicos. Aunque se han realizado investigaciones y se han planteado conceptos teóricos, hasta el momento no se ha construido una ciudad de estas características a gran escala. Por ejemplo, la empresa japonesa Shimizu Corporation propuso en 2014 la construcción de una ciudad submarina.
A ello se suma que vivir bajo el agua trae consigo otros desafíos, como las temperaturas frías, una gran presión y, por supuesto, el de garantizar que haya suficiente oxígeno para los humanos. Lo ideal sería evitar construcciones en zonas muy profundas, según el portal especializado en ingeniería Interesting Engineering. Esto se debe a que la presión en ellas requeriría paredes muy gruesas, además de largos períodos de descompresión al llegar a la superficie.
Pese a todos estos desafíos, hay quienes apuntan alto y ven las ciudades submarinas como una solución al problema de superpoblación de la Tierra. Por el momento, las únicas urbes subacuáticas que existen son aquellas que han quedado sumergidas bajo el agua con el paso del tiempo. El nivel del mar ha aumentado más de 20 centímetros desde 1880, según la Oficina Nacional de Estados Unidos de Administración Oceánica y Atmosférica. Si la tendencia no cambia, algunos países como Maldivas, China o Bangladesh podrían perder gran parte de su superficie. Como explica Gerd Masselink, profesor de geomorfología costera en la Universidad de Plymouth en el Reino Unido, “si las ciudades o los países desaparecen depende de si nosotros, como humanos, estamos haciendo algo para contrarrestar la amenaza".
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