DOMINGO ZARZO/ SACYR AGUA
La desalación se ha convertido en los últimos años en un nuevo recurso de agua que permite el abastecimiento de poblaciones, industrias y regadíos en tiempos de sequía y permite mitigar los efectos del cambio climático sobre la escasez de agua. Teniendo en cuenta que una de cada nueve personas en el mundo carece de acceso a agua potable y que el 97,5% del agua en el planeta está en los Océanos, su necesidad y oportunidad es más que evidente.
En la actualidad existen en el mundo unas 18.000 desaladoras con capacidad para producir casi 100 millones de metros cúbicos al día de agua, y España es uno de los países de mayor capacidad instalada (el 5º), con una industria y sector líderes en el mundo.
Uno de los aspectos ambientales que más suelen preocupar sobre la desalación es el de los vertidos de concentrados al mar (también conocidos como salmueras). Cuando el vertido se hace correctamente por medio de difusores y con dilución previa (como ocurre en los países avanzados), el impacto es prácticamente indetectable ya que la concentración salina vuelve a ser la del mar a muy pocos metros del punto de vertido.
Incluso en el Golfo Pérsico, lugar donde se concentra el mayor número de desaladoras y volumen de vertido, el incremento de salinidad del mar debido al concentrado de las desaladoras se estima que es inferior al 5% del producido por la evaporación natural del agua.
Desaladora de Perth (Australia)
En cualquier caso, el vertido no es el único destino posible para las salmueras y en los últimos años se está desarrollando de forma importante el campo del brine mining (o minería de la salmuera), que consiste en la obtención de sales y productos químicos a partir de este concentrado salino.
Quizá la aplicación más evidente podría ser utilizar el concentrado en salinas para producir sal de mesa, aunque hay pocos casos conocidos donde esto se realice a gran escala, salvo algunas instalaciones en Grecia e Israel. Mayor interés sin embargo tienen otras sales o productos químicos de mayor valor económico que podemos obtener del concentrado, sea éste procedente de la desalación de agua de mar o de aguas salobres.
Aplicaciones de las sales y productos químicos
Por un lado, podemos generar hipoclorito sódico in situ por medio de tecnologías como la electrocloración (tecnología que ya se utiliza de forma común para la cloración de piscinas) o usar nuevas tecnologías basadas en diferentes variantes de la electrodiálisis para la producción de productos químicos como el ácido clorhídrico o la sosa caústica.
Por medio de procesos como la evaporación-cristalización y otras tecnologías más o menos convencionales, también se ha reportado la obtención de sales como la Anhidrita (CaSO4), Bischofita (MgCl2 6H2O), Calcita (CaCO3), Carnalita (MgCl2 KCl 6H2O), Dolomita (CaMg(CO3)2), Epsomita (MgSO4 7H2O), Yeso (CaSO4 2H2O), Halita (NaCl), Hexahidrita (MgSO4 6H2O), Kieserita (MgSO4 H2O), Langbeinita (K2SO4 2MgSO4), Mirabilita (Na2SO4 10H2O), Silvinita (KCl+NaCl), Silvita (KCl) y Thenardita (Na2SO4).
Cristales de distintas sales obtenidas de salmueras
Asimismo hay identificados ocho elementos de especial interés económico en las salmueras (fósforo, cesio, indio, rubidio, germanio, magnesio, cloruro sódico y cloruro potásico) que podrían ser extraídos de forma técnica y económicamente viable.
Relacionado con el aprovechamiento de las salmueras, es interesante mencionar que también se está trabajando en la actualidad en el desarrollo de procesos como la forward osmosis o la electrodiálisis bipolar para la producción de energía a partir de la mezcla de corrientes salinas (como las salmueras) con dulces, en las que se aprovecha justo el proceso contrario al de la desalación (es decir, generar energía debido al gradiente de salinidad generado por la mezcla de estas aguas).
Planta piloto de evaporación-cristalización de salmueras de Sacyr Agua.
El primer director del Instituto Nobel, Svante Arrhenius, calculó en 1903 la cantidad de oro que había en el mar, estimándolo en 6 miligramos por tonelada de agua, lo que supone aproximadamente unas reservas de 8.000 millones de toneladas. Tal vez no sea rentable el proceso para extraerlo, pero ya hay estudios y trabajos para la obtención del mar del nuevo “oro blanco” del siglo XXI: el litio. Este material, utilizado en las baterías, cada vez es más preciado. El litio está en el agua de mar y podría extraerse de ahí por eso se le llama “el nuevo oro blanco”.
¿Sabías que?
- La primera referencia que tenemos sobre desalación está en La Biblia, cuando Moisés transformó agua salada en dulce con el toque de su vara. Desgraciadamente, esta tecnología de bajo consumo energético no ha podido ser reproducida hasta la fecha.
- Aristóteles realizó diversos trabajos sobre agua de mar y desalación
- Plinio el Viejo describió métodos de desalación en su Enciclopedia de Historia Natural
- Las legiones romanas utilizaron desalación solar en sus campañas en África
- Los vikingos usaron las velas de sus barcos como capturadores de niebla para recoger agua dulce (proceso que aún se utiliza en algunas zonas de la cordillera andina)