La tecnología nos ayuda a llegar allí donde nosotros no alcanzamos. Los drones nos permiten revisar zonas de obra de difícil acceso y nos ofrecen información precisa de terrenos complicados.
Estos aparatos voladores no tripulados están cambiando la forma en la que abordamos los proyectos en dos ámbitos:
-Captura de información de terreno en 3D con precisiones topográficas para hacer mediciones y diseños.
-Seguimiento mensual de los proyectos a vista de pájaro, utilizados para reporting, gestión contractual, comunicaciones, etc.
“Usamos drones de manera generalizada en casi todos los países desde hace más de cuatro años”, explica Jorge Barangé Cuevas, responsable de Topografía y Trazado de América de Sacyr Ingeniería e Infraestructuras.
“En el ámbito topográfico, el dron nos permite capturar información del terreno de manera rápida y eficaz. Su uso está muy implantado para mediciones de movimiento de tierras, geotecnia, control de avance y para temas ambientales, ya que nos permite obtener datos de zonas en las que no tenemos un acceso físico”.
Los drones, además, se han convertido en una herramienta de reporting. A consecuencia de la pandemia y de las restricciones en los viajes, surgió la necesidad de tener una visión amplia del avance de los proyectos sin necesidad de que un responsable se desplazara a la obra.
“Necesitábamos información de los proyectos mes a mes. Para llevar el control de los avances empezamos a hacer vídeos y subirlos a una plataforma”, explica Jorge Barangé.
La imagen en tres dimensiones que se toma desde el dron alcanza una precisión de entre 1 y 2 pulgadas, lo que permite medir, ver los anclajes, determinar si hay deslizamientos, revisar diseños, programar cortes transversales, etc.
El software que utilizamos, Propeller, reduce tiempo y costes, sobre todo, en zonas muy montañosas y con mucha vegetación, como es el caso de Colombia. Estos sistemas ofrecen servicios en la nube y de fácil acceso para todo el equipo.
“Antiguamente un dron era un equipo muy complejo, pero hoy en día es un juguete, de menos de dos kilos, con una cámara muy potente. Formamos a personal de topografía en su empleo”, explica Barangé.
Como toda herramienta, ésta también tiene sus limitaciones. “El dron no podemos volarlo libremente en todos los sitios que nos interesaría, ya que está restringido por las legislaciones de cada país, algunas más exigentes que otras”, explica Marcelo Onsurbe, jefe Departamento de Trazado y Topografía de Sacyr Ingeniería e Infraestructuras. El uso del dron contribuye también a la reducción de la huella de carbono, ya que evita desplazamientos y el uso de materiales.
Su utilización, hace pocos años casi experimental, ahora está ya muy extendida. Con ellos somos capaces de hacer una captura masiva de información, utilizarlos como escáner y mobile mapping e integrar toda la sensórica, tanto aérea como terrestre.
Actualmente empleamos drones de manera habitual en EEUU, Colombia, Perú, Uruguay, Chile, Irlanda, Portugal y España.
Los proyectos que emprendemos nacen con los pies en el suelo, pero se desarrollan en gran parte desde el cielo.