ISABEL RUBIO ARROYO | Tungsteno
El Partenón ha resistido a bombardeos, ocupaciones, el abandono, vandalismo e incluso terremotos. Con el paso de los siglos, este templo griego situado en la Acrópolis de Atenas se ha convertido en un legado de un valor incalculable que pone en evidencia los sofisticados métodos de construcción empleados en su creación. Investigamos cómo se levantó y sigue en pie esta estructura construida en el siglo V antes de Cristo.
El secreto que esconde el Partenón
El Partenón empezó a construirse en el año 447 a. C. para honrar a Atenea, diosa de la sabiduría y la guerra. Los constructores extrajeron 100.000 toneladas de mármol de una cantera a unas 10 millas de Atenas.
Utilizaron carros para transportarlas y tallaron y recortaron los bloques a mano con mucha precisión. Se cree que usaron un sistema de poleas, cuerdas y grúas de madera para remolcar y levantar los bloques. La estructura se construyó en apenas 9 años.
Aunque es considerada una de las obras cumbre del orden dórico, uno de los estilos arquitectónicos más representativos de la Grecia clásica, también incorpora algunos elementos jónicos. A primera vista el Partenón sorprende por su perfección.
Sus líneas, sus columnas simétricas y su imponente estructura transmiten una sensación de equilibrio y armonía. Sin embargo, detrás de esta fachada de perfección, se esconde un secreto fascinante: el Partenón no es tan recto como parece.
La construcción del Partenón comenzó en el año 447 a. C. con el objetivo de honrar a la diosa Atenea. Crédito: TED-Ed.
Una curvatura sutil y deliberada
En realidad, se caracteriza por ligeras curvaturas que comienzan desde los cimientos y se elevan a lo largo de los escalones, la columnata e incluso el techo.
Para lograr este efecto, los arquitectos del Partenón emplearon técnicas ingeniosas, como la de biselar o inclinar los bloques de los escalones, inclinar las columnas ligeramente hacia adentro o hacer más gruesas las columnas de las esquinas.
"Un edificio tan grande como el Partenón que fuera perfectamente recto, con horizontales y verticales perfectas, parecería menos interesante visualmente que un edificio que tiene estas desviaciones, que al principio se sienten en lugar de verse o experimentarse", afirma Jeffrey Hurwit, profesor emérito de historia del arte y clásicos de la Universidad de Oregón y autor de The Athenian Acropolis, al canal Historia. El Partenón “es un edificio, pero también es casi una escultura”.
Los griegos aplicaron técnicas arquitectónicas sutiles para crear una ilusión de perfección visual. Crédito: Historia.
Una resistencia extraordinaria a terremotos
Si por algo destaca el Partenón, es por cómo ha pervivido durante más de dos milenios. En el año 426 a. C., un terremoto sacudió Atenas con fuerza. Aunque las columnas del Partenón se desplazaron ligeramente, su estructura permaneció intacta. Un grupo de ingenieros concluyó en un taller sobre la Acrópolis que las columnas modulares del Partenón fueron diseñadas deliberadamente con excelentes propiedades sísmicas.
Científicos de todo el mundo han investigado la resistencia sísmica del Partenón. Esta estructura fue construida sobre un lecho de roca natural, lo que le proporciona una base sólida y estable. A ello se suma que sus columnas no son bloques sólidos, sino que están compuestas por "rebanadas" perfectamente talladas y unidas y que entre las capas de mármol se encuentran juntas metálicas unidas con plomo que funcionan como amortiguadores.
El Partenón sigue en pie pese a sufrir varios terremotos. Crédito: AP Archive.
La metamorfosis del Partenón
Si bien el Partenón fue concebido como un templo dedicado a la diosa Atenea, más adelante se transformó en una iglesia bizantina, una catedral católica romana y una mezquita. No se convirtió en una ruina hasta 1687.
En plena guerra entre venecianos y otomanos por el control de la Acrópolis, un acontecimiento fatídico marcó la historia del Partenón para siempre. Durante el bombardeo veneciano, hubo una explosión dentro del templo que destruyó el centro del edificio.
Algunas restauraciones posteriores causaron más perjuicios. En 1975 comenzó una sofisticada restauración de varias décadas. Cada pieza de mármol rescatable se devolvió a su posición original y los huecos se rellenaron con mármol de la misma cantera que utilizaron los antiguos atenienses.
El proyecto duró más de 40 años. En la actualidad, el Partenón atrae a visitantes de todo el mundo. Además de uno de los destinos turísticos más populares de Grecia, es un símbolo de resiliencia y belleza atemporal.
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