ISABEL RUBIO ARROYO | Tungsteno
Figuras históricas tan célebres como Wolfgang Amadeus Mozart, Neil Armstrong y Nelson Mandela protagonizaron eventos históricos en el Buckingham Palace. Tras la muerte de la reina Isabel II de Inglaterra, el pasado 8 de septiembre, miles de personas se congregaron a las puertas de este edificio histórico para despedirla después de siete décadas al frente de la corona británica. Analizamos qué secretos esconde y cómo se gestiona este emblemático palacio, que cada año atrae a más de 15 millones de turistas.
Un hogar con más de 700 habitaciones
El rey Jorge III compró el Buckingham Palace en 1761 y encargó una renovación de la estructura. En 1837 este edificio histórico se convirtió en la residencia oficial de los soberanos británicos en Londres. También sirve como sede de muchos eventos y ceremonias reales, tal y como indica la monarquía británica: “Desde entretener a jefes de estado extranjeros hasta celebrar logros en investiduras y recepciones”.
Las dimensiones de esta estructura histórica son abrumadoras: 108 metros de fachada, 120 metros de fondo y 24 metros de alto. En su interior, cuenta con 19 salas de estado, 52 habitaciones reales y de invitados, 188 habitaciones para el personal, 92 oficinas y 78 baños. Pero el Palacio de Buckingham Palace es mucho más que un hogar. También tiene un cine, una piscina, una oficina de correos, una capilla, un consultorio médico e incluso un cajero automático.
El Buckingham Palace tiene, en total, 775 habitaciones y 78 baños. Crédito: Good Morning Britain.
Mantener un palacio de estas dimensiones requiere mucho tiempo, dinero y personal. Hoy en día, más de 800 trabajadores trabajan en el Palacio de Buckingham. Sus trabajos van desde la limpieza hasta la horticultura pasando por el catering y la correspondencia. En este gran edificio, hay 1514 puertas y 760 ventanas. Todas ellas se limpian cada seis semanas. Entre las labores más inusuales, hay un relojero —hay más de 350 relojes en el palacio—, un encargado de limpiar las chimeneas y una persona para izar la bandera.
De banquetes de estado a bodas reales
Más de 50.000 personas visitan el palacio cada año como invitados a banquetes de Estado, almuerzos, cenas, recepciones y fiestas en el jardín. La reina Isabel II también celebraba en él audiencias semanales con el Primer Ministro y recibía a los Embajadores extranjeros recién nombrados, a organizaciones benéficas, miembros de la Commonwealth e incluso a algunos deportistas. Este palacio también ha sido testigo de otros días importantes, como el nacimiento del Príncipe Carlos y al Príncipe Andrés.
Además, el balcón del Palacio de Buckingham es uno de los más famosos del mundo. La primera aparición registrada en él tuvo lugar en 1851, cuando la reina Victoria se asomó durante las celebraciones de la inauguración de la Gran Exposición. Isabel II ha subido a este balcón en las celebraciones oficiales anuales de su cumpleaños, así como en eventos nacionales especiales como el 75 aniversario de la Batalla de Inglaterra y bodas reales.
Cada año la realeza británica organiza en el palacio banquetes, recepciones y fiestas en el jardín. Crédito: The Royal Family.
Un palacio sin accidentes y más sostenible
Para mantener en buenas condiciones el edificio y mejorar la eficiencia y la accesibilidad, en 2017 se empezó un programa de renovación de 10 años. El cableado eléctrico, la fontanería y la calefacción del Palacio no se actualizaban desde la década de 1950. Más de 1900 cables habían excedido su vida útil y más de 130 circuitos tenían más de 60 años. “Si estos problemas no se abordan, presentarán un riesgo significativo para el palacio”, indicaba un informe independiente. Algunas obras son necesarias, según la monarquía británica, para evitar “un fallo catastrófico que involucre un incendio o una inundación”.
En 2018 fue renovada la instalación eléctrica. Los obreros, que debían reemplazar 6.500 enchufes, encontraron bajo los suelos de este edificio unos artículos centenarios, que probablemente fueron desechados por los cortesanos de la reina Victoria, en 1889. Además de tres paquetes de tabaco, hallaron un periódico publicado días antes de que se lanzara la primera máquina de discos.
Con este programa para renovar el Buckingham Palace, la monarquía británica pretende apostar por tecnología más eficiente para reducir la huella de carbono del edificio en un 30%. “Actualmente el palacio produce 1.369 toneladas de emisiones de carbono al año”, señala. Los ahorros proyectados podrían disminuir esta cifra a 815 toneladas. En teoría, sólo el reemplazo de las calderas reducirá el consumo de energía y la huella de carbono alrededor de un 10%.
En el palacio, se están llevando a cabo algunas obras para eliminar el cableado eléctrico antiguo y potencialmente peligroso del palacio. Crédito: The Royal Family.
Con la muerte de Isabel II, se espera que Carlos III, el nuevo monarca de Reino Unido, se mude a este palacio, según Hugo Vickers, el aclamado biógrafo británico y experto en realeza. No obstante, “es probable que el rey resida en Clarence House, al menos por un tiempo, dado que el Palacio de Buckingham está siendo ampliamente recableado”. Jeremy Musson, cronista de las casas de campo británicas, sospecha que este edificio “podría usarse de manera más económica principalmente para funciones oficiales”. “Quizás incluso se abra más al público, sobre todo porque el Rey es muy dado a racionalizar la monarquía”, afirma. El tiempo dirá si Carlos III finalmente apuesta por hacer más accesible esta pieza central de la monarquía constitucional del Reino Unido.
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