ISABEL RUBIO ARROYO | Tungsteno
Ubicada entre cañones gigantescos, Petra llegó a ser una ciudad muy rica y poderosa que estaba llena de vida, exuberantes jardines, casas ornamentadas y mercados repletos de productos exóticos procedentes de India, Arabia y Egipto. Este emblemático lugar, en el que vivieron hasta unas 20.000 personas y que ha sobrevivido más de dos milenios, fue tallado directamente en la roca en medio del desierto en Jordania. Tras investigar la construcción del Coliseo romano y la Gran Muralla China, analizamos cómo se levantó otra de las siete maravillas del mundo moderno.
Escalones gigantescos para evitar accidentes
Los nabateos, un grupo de nómadas árabes, levantaron Petra entre el siglo I a. C. y el II d. C.. Antes de asentarse en esta ciudad, estos mercaderes se desplazaban de un lugar a otro con sus camellos, ovejas y cabras. Poco a poco se hicieron con el control de las principales rutas comerciales, por las que se trasladaban especias e incienso desde Arabia hasta Egipto y el Mediterráneo. Pese a la ubicación estratégica de Petra, a día de hoy aún es un misterio por qué los nabateos finalmente abandonaron sus tiendas de piel de cabra para construir las grandes casas y monumentos que conforman esta ciudad.
A través de escaneo láser, algunos historiadores han determinado que para levantar estas estructuras, se recurrió a escalones gigantescos en la montaña. De esta forma, no hacía falta que los albañiles estuvieran colgando de cuerdas o en peligro. “Querían asegurarse de que estuvieran a salvo porque eran personas muy hábiles y no eran muchas, nadie quería que murieran moviendo cosas”, cuenta a la revista BBC Science Focus el ingeniero estructural Steve Burrows, que ha trabajado en obras emblemáticas como el Estadio Nacional de Pekín —comúnmente conocido como “el nido del pájaro”—.
Petra llegó a ser una ciudad muy rica y poderosa debido al comercio de productos exóticos procedentes de India, Arabia y Egipto. Crédito: BBC.
Una ciudad tallada en paredes de arenisca
Petra está repleta de tumbas, monumentos, templos, anfiteatros y casas talladas en grandes paredes de arenisca. El diseño de las enormes columnas, las escaleras y las estatuas clásicas ponen de manifiesto la influencia del contacto con Grecia y Roma. Estas estructuras fueron cinceladas a mano en las rocas de color rojo rosado y, más tarde, cubiertas con estuco y pintadas de colores brillantes.
También se recurrió a la arenisca de algunas canteras. Si casi todo el paisaje de Petra está repleto de este tipo de roca, ¿por qué se seleccionaron algunos lugares para las canteras y otros no? En esta decisión, influyeron factores como la distancia de la estructura a construir, la geomorfología, el paisaje y la calidad y tamaño de los bloques, según explica Shaher M. Rababeh en el libro Cómo se construyó Petra: un análisis de las técnicas de construcción de los edificios independientes nabateos y los monumentos excavados en la roca en Petra.
Mover grandes bloques de piedra en un paisaje montañoso puede resultar una auténtica odisea. No está del todo claro qué métodos emplearon los nabateos para hacerlo. Algunos historiadores creen que probablemente los bloques se recortaron lo máximo posible en la cantera y más tarde se movieron en trineos. Además de la arenisca, también se usaron algunos mármoles blancos y grisáceos —importados de fuera de la región—, columnas de granito y madera. En teoría, los nabateos usaban este último material para estabilizar las paredes durante los terremotos, soportar estructuras de techos y construir andamios y encofrados para arcos y bóvedas.
Petra está repleta de tumbas, monumentos, templos, anfiteatros y casas talladas en grandes paredes de arenisca. Crédito: Unsplash.
Canales excavados en la roca y tuberías subterráneas
También es posible que estas estructuras fueran, de alguna forma, protegidas de la lluvia, según Burrows. “Allí sólo llueve un corto período de tiempo [cada año], pero muy violentamente. Entonces, ¿qué pasa con la arena y la lluvia? ¡La arena se lava!”, exclama el experto. El agua que caía en estos períodos no sólo no estropeaba las estructuras de esta ciudad, sino que se aprovechaba durante el resto del año gracias a la construcción de “grandes masas de agua en el desierto”.
Los nabateos hallaron la forma de recoger y almacenar este preciado líquido en pleno desierto mediante agujeros herméticos o cisternas. Ocultas bajo tierra, estas cisternas mantenían el agua a salvo tanto de la evaporación como de los enemigos. Un sofisticado sistema de canales excavados en la roca y de tuberías subterráneas transportaba el agua desde estos arroyos estacionales y otros manantiales permanentes para mantener los cultivos fértiles y los jardines a punto.
El agua de la lluvia no sólo no estropeaba las estructuras de Petra, sino que se intentaba aprovechar durante el resto del año. Crédito: Unsplash.
Con los nabateos, Petra fue creciendo a la par que lo hacía el comercio. Cuando los mercaderes de todo el mundo pasaban por esta ciudad, dejaban en ella nuevas ideas y algunas señas de la cultura de lugares como Egipto, China y Grecia. Esta ciudad se convirtió así en algo más que un centro de comercio: fue también un centro cultural.
Con el paso de los siglos, Petra pasó a manos de los romanos primero y luego fue parte del Imperio bizantino. Pero a partir del siglo VI d.C., el cambio de las rutas comerciales y algunos terremotos en la zona hicieron que esta emblemática ciudad fuera abandonada. Incluso cayó en el olvido su ubicación. Hasta que en 1812 fue redescubierta por el explorador suizo Johann Ludwig Burckhardt. Desde entonces, además de ser el escenario de múltiples leyendas e historias de ficción, ha atraído el interés de arquitectos, académicos y turistas de todo el planeta. Nombrada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1985, se ha convertido en uno de los tesoros arqueológicos más famosos del mundo.
· — —
Tungsteno es un laboratorio periodístico que explora la esencia de la innovación. Ideado por Materia Publicaciones Científicas para el blog de Sacyr.