El reciclaje de material bituminoso supone un avance en términos medioambientales.
La producción de mezclas bituminosas en caliente (MBC) requiere un consumo energético importante y genera un gran volumen de gases de efecto invernadero.
Del mismo modo, las actividades de conservación y rehabilitación de los firmes de las carreteras y otras vías producen una enorme cantidad de residuos procedentes del fresado de las capas de mezclas bituminosas.