El puente del Estrecho de Messina ha entrado oficialmente en fase de implementación. El Comité Interministerial de Planificación Económica y Desarrollo Sostenible de Italia (CIPESS) ha aprobado el diseño definitivo del puente, que tendrá el vano suspendido más largo del mundo. El proyecto también incluye una serie de obras complementarias de importancia estratégica para la región. La aprobación se ha producido tras la firma de la Adenda al Contrato entre Stretto di Messina, la Concesionaria, y Eurolink, el contratista general. El valor de la adenda al contrato asciende a 10.600 millones de euros, y entrará en vigor tras su publicación en el boletín oficial del Estado italiano.
La definición de este proyecto ha contado con el firme respaldo en su definición por parte de la concesionaria Stretto di Messina, liderada por Webuild, y en la que participa Sacyr con un 22,4%, ambas líderes mundiales en grandes proyectos de infraestructuras, entre ellos relevantes puentes alrededor del mundo. También participan en la concesionaria otras empresas constructoras: IHI de Japón y las italianas Condotte e Itinera. El equipo de diseño cuenta también con amplia experiencia en la construcción de puentes colgantes, como la danesa COWI.
El proyecto consiste en la construcción de un puente con un tablero de 3.666 metros de longitud. El vano central tendrá una longitud de 3.300 metros, lo que lo convierte en el puente colgante más largo del mundo. El tablero, de aproximadamente 60 metros de ancho, dispondrá de tres carriles por sentido para el tráfico de vehículos, dos vías ferroviarias y dos carriles de servicio, lo que garantiza una conexión rápida, estable y eficiente entre la península y Sicilia, donde residen cinco millones de personas. La estructura será capaz de soportar el paso de hasta 200 trenes al día y 6.000 vehículos por hora.
Los pilones de acero alcanzarán los 399 metros de altura, y el sistema de suspensión estará compuesto por cables de 1,26 metros de diámetro y 5.320 metros de longitud, una primicia en ingeniería. El puente estará diseñado para resistir la actividad sísmica y los vientos extremos y contará con un sistema de monitorización inteligente para garantizar la seguridad y supervisar las labores de mantenimiento predictivo.
Las obras complementarias relacionadas con el puente son una parte fundamental del proyecto. Consisten en una red de infraestructuras y conexiones que se construirán en ambas orillas del estrecho, e incluyen más de 40 kilómetros de carreteras y líneas ferroviarias. Se construirán conexiones funcionales al puente, así como obras no funcionales relacionadas con el mismo (tres estaciones de ferrocarril en Messina y un centro polivalente en Calabria). También se contemplan obras de mitigación ambiental e iniciativas de compensación.
En Calabria, las conexiones viarias se extenderán a lo largo de aproximadamente 10 kilómetros, mientras que las líneas ferroviarias sumarán 2,7 kilómetros en total. Estas conectarán con la histórica línea del Tirreno y con la futura línea de alta velocidad/alta capacidad entre Salerno y Reggio Calabria. En el municipio Villa San Giovanni, Piale, se construirá un centro polivalente para albergar actividades relacionadas con la gestión del proyecto, y que contará con servicios como tiendas, restaurantes y un centro de convenciones.
En Sicilia, se construirán 10,4 kilómetros de carreteras y 17,5 kilómetros de líneas ferroviarias, que se conectarán con la red regional existente entre Messina-Catania y Messina-Palermo. Las obras previstas incluyen tres estaciones de ferrocarril en Messina (Papardo, Annunziata, Europa) que ofrecerán un servicio de transporte para conectar el puente con la universidad, los hospitales y el centro de la ciudad.
Estas obras complementarias transformarán profundamente la movilidad de las dos regiones, al tiempo que protegerán el entorno inmediato. Se estima que en Sicilia se excavarán 12 millones de metros cúbicos de tierra y 4,5 millones en Calabria, que se utilizarán para la construcción de carreteras y la recuperación ambiental a lo largo de la costa del Tirreno.
El gálibo máximo del tablero sobre el nivel del mar será de 72 metros, con una anchura de 60 metros. En condiciones normales de tráfico, con la totalidad de los carriles para vehículos ocupados y el paso simultáneo de dos trenes de pasajeros, el gálibo se reducirá a 70 metros. Estos parámetros cumplen o superan los estándares de otros puentes existentes que cruzan importantes rutas de navegación internacionales.
El puente del estrecho de Messina se enmarca en un programa de inversión para dotar al sur de Italia de infraestructuras modernas y sostenibles que mejoren sus conexiones con el resto del país y otras partes de Europa. El proyecto formará parte del Corredor Escandinavo-Mediterráneo de la Red Transeuropea de Transporte (RTE-T), diseñado para reforzar el papel estratégico del sur de Italia en Europa y el Mediterráneo a nivel logístico, económico y social.