ISABEL RUBIO ARROYO | Tungsteno
Dos fuertes seísmos de magnitud 7,8 y 7,5 en el sureste de Turquía y el norte de Siria dejaron el pasado 6 de febrero un escenario desolador: edificios de apartamentos derrumbados, escombros esparcidos por las calles e incluso familias refugiadas en tiendas de campaña en un estadio de fútbol. Al menos 24.900 edificios se derrumbaron o sufrieron graves daños en Turquía, según el ministro de Medio Ambiente, Murat Kurum. Algunos arquitectos lo han achacado a las legalizaciones de estructuras "inseguras" y "podridas". Analizamos cómo los sistemas de protección antisísmica más eficientes aspiran a poner fin a este tipo de tragedias.
Un derrumbe masivo de edificios
Pese a la gran magnitud de los terremotos, algunos expertos afirman que muchas de las estructuras derribadas en Turquía deberían haberse mantenido en pie. "La intensidad máxima de este terremoto fue violenta, pero no necesariamente suficiente para derribar edificios bien construidos", afirma a la BBC el profesor David Alexander, experto en planificación y gestión de emergencias del University College de Londres.
Algunos terremotos anteriores —como uno que tuvo lugar en 1999 en la ciudad de Izmit, en el noroeste de Turquía— trajeron consigo un endurecimiento de las normas de construcción. Pero Alexander considera que hay dos problemas: por un lado, la escasa modernización de los edificios existentes y, por otro, que las nuevas normas apenas se han aplicado en las nuevas construcciones.
Miles de edificios se derrumbaron o sufrieron graves daños en Turquía debido al terremoto del pasado 6 de febrero. Crédito: Associated Press.
Edificios “inseguros, podridos e ilegales”
En los últimos años, el gobierno de Turquía ha proporcionado algunas amnistías de construcción —exenciones legales con el pago de una tasa— a aquellas estructuras construidas sin los certificados de seguridad exigidos. De hecho, hasta 75.000 edificios en la zona afectada por el terremoto en el sur de Turquía han recibido este tipo de amnistías, según Pelin Pınar Giritlioğlu, director de Estambul de la Cámara de Urbanistas de la Unión de Ingenieros y Arquitectos de Turquía.
Emin Koramaz, presidente de la Unión de Cámaras de Arquitectos e Ingenieros de Turquía ha asegurado a la agencia EFE que durante los últimos 20 años se han producido ocho grandes legalizaciones de edificios "inseguros, podridos e ilegales" que habían sido construidos y habitados sin las correspondientes licencias. Algo que el geólogo Celal Sengor considera que equivale a un "crimen".
Algunas estructuras en Turquía habían sido construidas sin los certificados de seguridad exigidos. Crédito: Sky News.
Edificios a prueba de terremotos
En algunos países como Japón, millones de personas viven en edificios que parecen tocar el cielo, pese al historial de terremotos severos en el país. Algo que en parte se debe al esfuerzo de ingenieros y arquitectos para conseguir nuevos materiales de construcción y diseños resistentes a fuertes temblores. “Una forma de resistir las fuerzas del suelo es ‘levantar’ los cimientos del edificio por encima de la tierra a través de un método llamado aislamiento de base”, explica la compañía Big Rentz. Esta técnica consiste en construir un edificio sobre almohadillas flexibles de acero, caucho y plomo. De esta forma, cuando la base se mueve durante un terremoto, los aisladores vibran mientras la estructura permanece estable y se evita que las ondas sísmicas viajen a través del edificio.
Algunos edificios están equipados con dispositivos de control vibratorio. Se trata de una especie de amortiguadores que se colocan entre columnas y vigas para disipar la fuerza de las vibraciones. Mientras tanto, en algunos rascacielos se pone una especie de bola en la parte superior de la estructura. “Cuando el edificio comienza a balancearse, la bola actúa como un péndulo y se mueve en dirección opuesta para estabilizar el edificio”, señalan desde Big Rentz.
El rascacielos Taipei 101 tiene un péndulo en la parte superior de la estructura. Crédito: Wikimedia Commons.
Además de usar amortiguadores o péndulos para disipar la energía de un terremoto, hay quienes experimentan con diferentes materiales para mejorar la estabilidad de algunos edificios y evitar que las excitaciones sísmicas provoquen colisiones en estructuras adyacentes. En Taiwán, una zona sísmica que precisa medidas especiales para la construcción, un equipo de investigadores ha desarrollado un nuevo tipo de hormigón armado que, al ser hasta dos veces más resistente que el tradicional, permite duplicar la altura de los edificios.
Entre las grandes estructuras que utilizan sistemas de protección antisísmica, están el rascacielos Taipei 101, en Taiwán; el Burj Khalifa, en Dubái; o las Torres Petronas, en Kuala Lumpur, la capital de Malasia. En total, hay un promedio de 20.000 terremotos cada año, según el Servicio Geológico de Estados Unidos. O lo que es lo mismo, unos 55 cada día. Esta cifra hace que sea primordial diseñar edificios resistentes a terremotos, sobre todo en las áreas donde son especialmente comunes o catastróficos, como Japón, Indonesia o China.
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