ISABEL RUBIO ARROYO | Tungsteno
Mientras que el cobre resulta primordial para fabricar móviles, el litio se usa para las baterías de los coches eléctricos, el boro para los microprocesadores y el tungsteno para las hélices de turbinas. Algunos dispositivos no existirían (al menos tal y como los conocemos hoy en día) si no existieran estos materiales. Investigamos qué elementos químicos son clave para la fabricación de los aparatos y las tecnologías más prometedores del planeta.
"Creo que la mayoría de la gente no tiene ni idea de la variedad y escala de los metales y minerales que se utilizan para fabricar productos electrónicos", afirma Richard Herrington, jefe de Ciencias de la Tierra en el Museo de Historia Natural de South Kensington, en Londres. Se refiere a todos aquellos elementos que se utilizan para fabricar todo tipo de aparatos: de ordenadores a móviles, vehículos, turbinas eólicas y paneles solares. Aquella “tecnología que no teníamos hace 15 o 20 años y que ahora damos por sentada”.
Cobre
Para fabricar un móvil, por ejemplo, se utilizan más de 30 minerales diferentes. “El contenido de cobre en un dispositivo móvil supera con creces la cantidad de cualquier otro metal”, señala el Servicio Geológico de Estados Unidos. Este elemento, utilizado desde hace milenios para fabricar herramientas primitivas, proviene de la fuente mineral calcopirita, aunque también se puede encontrar en otros como la bornita y la calcocita. Su alta conductividad eléctrica y térmica lo hacen ideal para el cableado eléctrico de muchos otros dispositivos como las turbinas hidroeléctricas. En la actualidad, Chile, Perú y China son los mayores productores del cobre.
El cobre es un metal rojizo que destaca por su alta conductividad eléctrica y térmica. Crédito: Pxhere.
Litio
“Las baterías de iones de litio alimentan casi todos los vehículos eléctricos disponibles, así como la mayoría de los dispositivos electrónicos personales”, destaca la organización Geoscience Australia. Este elemento, además de que aspira a marcar un antes y un después en la movilidad eléctrica, se utiliza para el almacenamiento de la energía generada a a partir de tecnologías solares y eólicas. Proveniente principalmente de Chile y Argentina, se puede extraer de las sales de cloruro de litio que se encuentran en las piscinas de salmuera, tal y como indica la Sociedad Geológica de Londres. Como la cantidad de litio disponible en la naturaleza es limitada, los propios fabricantes consideran necesario reciclarlo en el contexto del surgimiento y crecimiento del mercado de vehículos eléctricos.
Chile es uno de los principales productores del litio, un elemento clave para las baterías eléctricas. Crédito: Bloomberg Quicktake.
Boro
De los microprocesadores a los chips de las cámaras de móviles y los revestimientos de sus pantallas. Son algunos de los dispositivos cuya fabricación requiere de bórax, una mezcla de minerales que contiene boro. Este elemento químico también se usa en dispositivos semiconductores como circuitos integrados y condensadores. Entre sus cualidades, destacan que puede ayudar a formar capas sobre el metal que protegen los dispositivos contra la corrosión y que proporciona soporte estructural y aislamiento. Turquía y Estados Unidos son los mayores productores de boro.
El boro es un elemento químico útil para fabricar los microprocesadores y chips de las cámaras de móviles. Crédito: James L Marshall / Wikimedia Commons.
Tungsteno
El tungsteno, otro elemento clave en algunos aparatos tecnológicos, es dos veces más denso que el acero y cuatro veces más duro que el titanio. Junto con el cobalto y el neodimio, se encarga de que los teléfonos vibren. “Los tres elementos se utilizan en la pequeña pero pesada masa que hace girar un motor dentro de nuestros teléfonos para crear vibraciones”, explica Hywel Jones, investigador de materiales de la Universidad Sheffield Hallam, en The Conversation. Además de que se emplea en la fabricación de aceros de alto rendimiento, combinado con carbono crea “una cerámica extremadamente dura para herramientas de corte utilizadas en el mecanizado de componentes metálicos en las industrias aeroespacial, de defensa y automotriz”. Este elemento, cuyas aleaciones son buenas conductoras de la electricidad y que proviene principalmente de China, también se usa en partes de tubos de rayos X o hélices de turbinas.
El tungsteno está presente en móviles, tubos de rayos X o hélices de turbinas. Crédito: Alchemist-hp / Wikimedia Commons.
“Es realmente importante que todos entendamos de dónde vienen las materias primas, que los metales y los minerales están en la Tierra donde los pone la naturaleza y no provienen de una fábrica”, señala Herrington. Conocer de dónde vienen estos y otros recursos, según señala, puede ayudar a reconocer su valor. Algo importante teniendo en cuenta que cada vez dependemos más de ellos. “Estos metales crean colores brillantes en las pantallas de nuestros teléfonos inteligentes, baterías potentes en nuestros híbridos y acondicionadores de aire más eficientes energéticamente”. Así lo indica David Abraham, autor del libro Los elementos del poder: artilugios, armas y la lucha por un futuro sostenible en la era de los metales raros, según el cual, el uso de oro, cobre y metales raros ha aumentado 27 veces en los últimos 100 años.
Este crecimiento de la demanda pone de manifiesto la importancia de construir una economía circular que minimice o elimine los desechos de todos estos aparatos, tal y como indica Herrington. Cada año se desechan más de 50 millones de toneladas de desechos electrónicos, según las Naciones Unidas. “En lugar de crear cosas como teléfonos móviles, usarlos por un tiempo y guardarlos en un cajón cuando compramos uno nuevo, tenemos la obligación de no perder de vista dónde están esos materiales preciosos y asegurarnos de que estamos fabricando productos en formas que se pueden reciclar fácilmente”, concluye el experto.
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