ISABEL RUBIO ARROYO | Tungsteno
Son los mejores amigos del hombre, pero su lealtad va más allá de la simple compañía. Con un olfato que supera en miles de veces el del ser humano y una inteligencia y capacidad de entrenamiento fuera de lo común, los perros se han convertido en héroes modernos: son capaces de detectar fugas, identificar plagas, colaborar en diagnósticos médicos y realizar hazañas que han salvado vidas.
Perros detectores de fugas
Algunos perros han revolucionado la detección de fugas ocultas en redes subterráneas de agua potable. Suki, pionera en Latinoamérica, identifica pérdidas que de otro modo serían invisibles, incluso bajo asfalto o tierra. El proceso comienza con imágenes satelitales para señalar zonas críticas, y después el perro rastrea y marca con precisión el punto exacto gracias a su olfato, capaz de detectar cloro a gran profundidad. “Tras un acucioso entrenamiento ha recorrido 235 kilómetros, detectando 608 fugas con una tasa de respuesta positiva de un 96%, permitiendo recuperar agua equivalente al consumo anual de más de 10.000 personas”, explicó Franco Nicoletti, gerente de Distribución y Recolección de Aguas Andinas, al periódico EL PAÍS.
Suki, una perra entrenada en Chile para detectar fugas de agua ocultas bajo tierra. Crédito: CNN Chile.
También se han implementado programas de este tipo en países como Bélgica. Allí la empresa The Sniffers comenzó en 1991 a utilizar perros para detectar fugas en instalaciones químicas rurales y de difícil acceso. “Nuestros perros localizan fugas de gas, fugas de aceite, fugas en cables de alta tensión refrigerados por aceite y tomas ilegales con rapidez, precisión y eficiencia”, explica la empresa.
Canes rastreadores de plagas ocultas
Las termitas provocan daños importantes en edificios de todo el mundo. Existen perros entrenados para detectarlas. En los años 80, la Universidad Estatal de Ohio certificó equipos de beagles capaces de localizar colonias vivas de termitas, incluso cuando había tan solo ocho ejemplares en un trozo de madera. Estos canes también pueden detectar moho. Según la compañía Mold Solutions, son capaces de identificar esporas y micotoxinas con una sensibilidad entre 1.000 y 10.000 veces superior a la humana. De esta forma, agilizan las inspecciones, al localizar moho sin necesidad de métodos invasivos, lo que ahorra tiempo y costes.
Aliados en laboratorios
Los perros tienen un papel emergente como herramienta de detección precoz y cribado de enfermedades humanas, gracias a su capacidad olfativa para identificar compuestos orgánicos volátiles específicos asociados a diferentes patologías. Perros entrenados pueden discriminar entre muestras de individuos sanos y enfermos con patologías como diferentes tipos de cáncer (pulmón, próstata, mama, ovario, melanoma, osteosarcoma) o infecciones virales como la COVID-19.
Los investigadores entrenan a perros para detectar la COVID-19. Crédito: CBS New York.
En estudios controlados, la sensibilidad de los perros para detectar la COVID-19 ha oscilado entre el 81% y el 97%, mientras que la especificidad se ha situado entre el 91% y el 100%. Los investigadores señalan que estos resultados son comparables a los de pruebas diagnósticas convencionales, aunque varían según factores como el entrenamiento, el manejo de las muestras o la experiencia del perro. Su uso en hospitales aún es limitado por la falta de protocolos estandarizados y la necesidad de estudios más amplios.
Héroes de cuatro patas
Muchos perros han destacado a lo largo de la historia por su lealtad, valentía e inteligencia, al lograr hazañas que los han convertido en verdaderas leyendas. Laika, una perra callejera de Moscú, fue el primer ser vivo en orbitar la Tierra en 1957, un sacrificio que abrió el camino a la exploración espacial humana. Balto y Togo, perros de trineo siberianos, lideraron la “Gran Carrera de la Misericordia” en 1925, transportando un suero contra la difteria a Nome, en Alaska, y salvando numerosas vidas.
Laika fue una perra callejera de Moscú que pasó a la historia por ser el primer ser vivo en orbitar la Tierra. Crédito: Euronews
Entre los perros que también alcanzaron fama y reconocimiento por sus hazañas, está el sargento Stubby. Este bull terrier fue el perro militar más condecorado de la Primera Guerra Mundial, desempeñando labores de detección y rescate en las trincheras. También es recordado Barry, un San Bernardo que rescató a más de 40 personas en los Alpes suizos en el siglo XIX. Su cuerpo embalsamado se conserva en un museo de Berna como homenaje a su heroísmo. Estos ejemplos muestran cómo los perros han dejado una marca imborrable en la historia gracias a su valor y fidelidad.
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