El Obelisco de Buenos Aires pesa 170 toneladas. Crédito: Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Los secretos del Obelisco de Buenos Aires

Los obeliscos son monumentos tallados en piedra cuyos orígenes están en el antiguo Egipto y suelen conmemorar eventos importantes. Entre los más famosos del planeta, están el de Luxor, Roma, Washington, París y Buenos Aires. Así se levantó esta última megaestructura.

ISABEL RUBIO ARROYO | Tungsteno

 

La Torre Eiffel es a París lo que la Estatua de la Libertad es a Nueva York. O lo que el Obelisco es a la Ciudad de Buenos Aires. Este monumento histórico de hormigón armado pesa 170 toneladas y fue erigido en tan solo 31 días. Investigamos qué esconde en su interior esta megaestructura y cómo ha llegado a convertirse en uno de los monumentos más emblemáticos de Argentina.

 

Un obelisco construido en un tiempo récord

 

Esta obra del arquitecto Alberto Prebisch, uno de los principales exponentes del modernismo argentino, se construyó en un tiempo récord. La empresa alemana G.E.O.P.E. – Siemens Bauunion – Grün & Bilfinger comenzó a levantar el edificio el 20 de marzo y la construcción se completó en sólo 31 días. En la edificación de esta estructura de 67,5 metros de altura, que costó unos 200.000 pesos de la época —unos 539 euros—, participaron 157 obreros.

El famoso obelisco tiene sólo una puerta de entrada. En su interior, hay una escalera marinera de 206 escalones —y 7 plataformas de descanso—, y en la cima, un mirador con cuatro ventanas y un pararrayos. Pese a que no está abierto al público, un cronista del periódico argentino Clarín pudo subir hasta la cúspide y describe así la aventura: “Llegar hasta arriba demandó 16 minutos, con tres descansos que sirvieron para recuperar el aliento y relajar la concentración”.

El Obelisco fue inaugurado el 23 de mayo de 1936 como homenaje al cuarto centenario de la primera fundación de Buenos Aires en 1536. Se levantó en el mismo lugar donde se izó la bandera nacional por primera vez en la Ciudad: en la hoy conocida como Plaza de la República. Su ubicación es estratégica, al estar en la intersección de dos conocidas avenidas: la 9 de Julio —una de las más anchas del mundo— y la "calle” Corrientes, uno de los principales polos culturales de Buenos Aires.

 

El Obelisco está situado en un lugar estratégico de Buenos Aires. Crédito: Buddha AudioVisual.

 

¿Un “armatoste sin sentido” o el símbolo de Buenos Aires?

 

Si bien hoy es un monumento icónico de la capital, hubo un tiempo en el que tuvo detractores. De hecho, los diarios de la época lo describieron como un “armatoste sin sentido” y “bodrio en perspectiva”, según recoge Clarín. Un verso popular decía: “En el medio de la calle/ hay una mole parada/ la llaman el Obelisco/ y no sirve para nada”.

Fue tan mal recibido que hubo quienes querían demolerloCuando el 21 de junio de 1938 se desprendieron algunos trozos de mampostería, los detractores aprovecharon para pedir que se destruyera por “razones de seguridad, estéticas y económicas”, según relata el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En 1939, el Concejo Deliberante aprobó una ley para demolerlo por 23 votos contra tres. El intendente Arturo Goyeneche lo salvó al alegar que el Obelisco estaba en jurisdicción nacional.

El Obelisco ha sufrido pocos cambios importantes en las últimas décadas. Más allá de las labores de mantenimiento y pintura, uno de los más destacados se produjo en 1987, cuando se colocaron rejas a su alrededor para evitar pintadas y actos de vandalismo. Con el tiempo, se ha convertido en uno de los principales puntos de reunión de las manifestaciones políticas, festejos de victorias deportivas y conmemoraciones de hechos históricos.

 

En 2021 se utilizaron más de 300 de litros de pintura para restaurar el Obelisco. Crédito: No Comment TV.

 

Si bien en sus orígenes este icónico monumento tuvo detractores, también ha tenido múltiples defensores. Es el caso del poeta Baldomero Fernández Moreno, que le dedicó un soneto que permanece inmortalizado en su base: “¿Dónde tenía la ciudad guardada/ esta espada de plata refulgente/ desenvainada repentinamente/ y a los cielos azules asestada?/ Ahora puede lanzarse la mirada/ harta de andar rastrera y penitente/ piedra arriba hacia el Sol omnipotente/ y descender espiritualizada./ Rayo de luna o desgarrón de viento/ en símbolo cuajado y monumento/ índice, surtidor, llama, palmera./ La estrella arriba y la centella abajo,/ que la idea, el ensueño y el trabajo/ giren a tus pies, devanadera”.

 


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  • Edificios históricos

El diseño del Mirante do Gavião Amazon Lodge se inspira en la arquitectura tradicional amazónica. Crédito: Mirante do Gavião.

Arquitectura que abraza las técnicas ancestrales

La iglesia de San Francisco, en Chile, lleva en pie más de 400 años y ha resistido más de una quincena de terremotos. Estudiar este tipo de estructuras puede ayudar a dar forma a nuevas construcciones sostenibles y resistentes. Así inspiran las técnicas ancestrales a la arquitectura moderna.

ISABEL RUBIO ARROYO | Tungsteno

 

Las casas de adobe de la región de los Andes en Perú. Las de madera en la Selva Negra, en Alemania. Y las de bambú en la Amazonia, en Brasil. Son ejemplos de arquitectura vernácula. Es decir, aquella que utiliza técnicas y materiales de construcción tradicionales de una región y que se transmite de generación en generación. Analizamos cómo la arquitectura se nutre en la actualidad de los estilos y técnicas del pasado.

 

Santuarios en Japón y una mezquita en Mali

 

Entre los ejemplos de arquitectura vernácula más inspiradores, desde el estudio de arquitectura RMJM destacan los santuarios sintoístas de Japón, construidos con madera de ciprés y estructuras de bambú sin clavos ni pegamento; las iglesias de madera de Noruega; o la Gran Mezquita de Djenné, en Mali. En este último caso, los africanos utilizaron arena y mortero a base de tierra para crear ladrillos cocidos al sol, que luego recubrieron con barro para conseguir un acabado suave y esculpido. Las superficies lisas están perforadas con vigas de soporte de madera, que “sirven de andamio para las reformas de los edificios, que se realizan periódicamente y en las que participa la comunidad local”.

 


 

La Gran Mezquita de Djenné está diseñada para aprovechar la luz natural y la ventilación. Crédito: Wikimedia Commons.

En el siglo XXI, este tipo de arquitectura sigue siendo una realidad en zonas rurales y comunidades indígenas de algunas partes del mundo. Además, en los últimos años, también ha habido un creciente interés en la arquitectura vernácula en el mundo occidentalAlgo que se debe, en parte, a la creciente conciencia sobre la sostenibilidad y la importancia de la identidad cultural.

 

Volver a construir con la tierra

 

“Volver a construir con la tierra, con lo que el territorio nos da, es una de las formas más importantes para que las ruralidades de nuestros países mantengan la autogestión de su propio bienestar”afirma Ana María Gutiérrez, líder y cofundadora del proyecto Organizmo. Según explica, algunos desiertos como el de la Guajira, en el norte de Colombia, son ideales para construir con tierra, porque esta produce el grosor ideal que trae frescura. “Pero ahora en estas zonas las comunidades residen en casas que son unos hornos de cemento en donde ni siquiera pueden estar. Ahí es donde surge el diálogo de promover, aceptar y motivar los suelos y recursos locales para construir”, explica.

También hay investigadores que estudian construcciones resistentes del pasado. “Es un privilegio para nosotros, como chilenos, tener una edificación tan antigua como la iglesia de San Francisco en este país tan sísmico”, explica a la agencia Sinc Carolina Vergara, directora del Museo San Francisco. El templo, ubicado en Chile y construido con bloques de piedra y ladrillo, cumple este año 405 años y ha resistido cerca de 15 terremotos de gran magnitud.

La iglesia de San Francisco, en Chile, lleva en pie más de 400 años. Crédito: Drone Project Chile.

Varios investigadores han tratado de descifrar los secretos de esta iglesia. Además de que el artesonado mudéjar de la techumbre había mejorado el desempeño sísmico del edificio —reteniendo los gruesos muros de piedra de 1,7 metros de anchura—, los muros estaban apoyados sobre soportes móviles de cantos rodados. De este modo, ante un evento sísmico, el edificio ‘patinaría’ sobre los cimientos.

 

Abrazar técnicas ancestrales

 

En la actualidad, hay varios proyectos que tratan de incorporar técnicas ancestrales. Es el caso de la sede del Instituto Socioambiental, una organización no gubernamental brasileña dedicada a la protección del medio ambiente y los derechos de los pueblos indígenas. Sus creadores, del estudio Brasil Arquitetura, se inspiraron en la arquitectura vernácula amazónica: "Utilizamos las habilidades de los indígenas con la madera y las enredaderas para construir el techo y también la estructura periférica de 1,50 metros de ancho que 'envuelve' el núcleo del edificio, protegiéndolo de la intemperie”. Según destacan, la estructura se relaciona con el entorno gracias al uso de madera y paja.

Otro ejemplo es el albergue de lujo Mirante do Gavião Amazon Lodge, ubicado en el Parque Nacional Anavilhanas de Brasil y creado pensando en el clima y los materiales locales. Se diseñó como un barco invertido, utilizando las técnicas utilizadas durante años por la comunidad ribereña para construir barcos de madera. Está construido sobre pilotes que crean cubiertas de madera conectadas, lo que permite la ventilación por debajo de la estructura y reduce las temperaturas interiores.

 

El Mirante do Gavião Amazon Lodge está construido con madera y tiene forma de barco invertido. Crédito: Blumar DMC.

Entre los materiales ancestrales utilizados en la actualidad, están el adobe, el bambú o la piedra. Resultan atractivos al no generar residuos —uno de los objetivos que persiguen múltiples constructores—. Como afirma el estudio de arquitectura RMJM“es importante que los arquitectos modernos consideren los materiales y técnicas de la arquitectura vernácula, ya que a menudo está vinculada a la sostenibilidad ambiental por su uso intuitivo de materiales locales y sostenibilidad social”.
 


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  • Sostenible
  • Construcciones

The Edge utiliza un 70% menos de electricidad que otros edificios de oficinas similares. Crédito: PLP Architecture.

Tres edificios que generan más energía de la que consumen

Centenares de células fotovoltaicas, pozos de agua subterránea y bombas de calor. Son características que comparten algunos edificios de energía positiva: aquellos capaces de generar más energía de la que consumen.

ISABEL RUBIO ARROYO | Tungsteno

 

Las emisiones de dióxido de carbono de los edificios y la construcción alcanzaron un nuevo máximo en 2021, según el Informe de estado global de edificios y construcción de 2022.

El sector representó más del 34% de la demanda de energía y alrededor del 37% de las emisiones de dióxido de carbono relacionadas con la energía y los procesos. Construir de manera sostenible y reducir la huella ambiental de las estructuras es uno de los grandes desafíos del siglo. Analizamos cómo funcionan tres edificios que producen más energía de la que consumen.

 

Powerhouse Brattørkaia

 

El edificio de oficinas Powerhouse Brattørkaiam, ubicado en Trondheim (una ciudad de Noruega), produce más del doble de la electricidad que consume. Genera unos 500.000 kilovatios hora (kWh) de electricidad durante un año y, según sus creadores, “funciona como una pequeña central eléctrica en medio de la ciudad”. 

No sólo suministra energía renovable para sí mismo, sino que también la comparte con edificios vecinos, autobuses eléctricos, automóviles y barcos a través de una microrred local.

Desde Snøhetta, el estudio de arquitectura noruego que lo ha diseñado, presumen de que “produce más energía de la que consume durante su vida útil, incluyendo la construcción, la demolición y la energía incorporada en los materiales utilizados para construirlo”.

El objetivo de Powerhouse Brattørkaia es triple: “Maximizar la cantidad de energía limpia producida por el edificio, minimizar la energía requerida para operarlo y ser un espacio agradable para sus inquilinos y el público”.

Se construyó entre 2012 y 2019 y su ubicación fue elegida para asegurar la máxima exposición al sol y así reducir el uso de luz artificial. Algo importante teniendo en cuenta que está equipado con casi 3.000 metros cuadrados de paneles solares y en sus inmediaciones tiene un contenedor que almacena energía para el suministro de la microrred.

Además, usa un sofisticado sistema de ventilación, electrodomésticos de bajo consumo y agua del mar para la calefacción y la refrigeración.

 


Powerhouse Brattørkaiam comparte la energía que genera con otros edificios y vehículos. Crédito: Snøhetta.

 

El Ayuntamiento de Friburgo

 

El Ayuntamiento de Friburgo, una ciudad universitaria en el suroeste de Alemania, es el primer edificio público del mundo que genera más energía de la que consume y la utiliza para alimentar la red de la ciudad. Además de 880 módulos fotovoltaicos y unas fachadas diseñadas para lograr un buen aislamiento térmico, la estructura cuenta con un sistema que supervisa y optimiza el rendimiento energético del edificio.

“La demanda de energía primaria del ayuntamiento para calefacción, refrigeración, ventilación y suministro de agua caliente es tan baja como 55 kilovatios hora por metro cuadrado por año, que es solo el 40% de la demanda de energía primaria de edificios de oficinas modernos comparables”, señala el estudio de arquitectura ingenhoven architects, que ha diseñado el edificio.

En sus 24.215 metros cuadrados, hay oficinas, salas de conferencias y restaurantes para 840 empleados del gobierno localEl Ayuntamiento extrae el calor y la refrigeración de un pozo de agua subterránea. Para calentar el edificio, este pozo está conectado a dos bombas de calor. Como indica un informe sobre el edificio, “las temperaturas agradables en verano están aseguradas por el enfriamiento del agua subterránea, sin la ayuda de las bombas de calor”.

 


El Ayuntamiento de Friburgo genera más energía de la que consume gracias a 880 módulos fotovoltaicos. Crédito: ingenhoven architects.

 

The Edge

 

The Edge, un edificio de 40.000 metros cuadrados de Deloitte en Amsterdam, utiliza un 70% menos de electricidad que otras construcciones de oficinas comparables, según el Building Research Establishment (BRE). Es uno de los edificios más verdes del mundocomo reconoce el certificado internacional de construcción sostenible BREEAM, y puede generar más energía de la que produce.

El techo y una de sus fachadas “incorporan la mayor variedad de paneles fotovoltaicos de cualquier edificio de oficinas europeo” —unos 6038 metros cuadrados—. Así lo indica el BRE, que asegura que la calefacción y la refrigeración de The Edge se regulan de forma sostenible. El edificio cuenta con dos fuentes de agua subterránea que se ubican a 130 metros bajo tierra: una para agua fría y otra para agua tibia. “Estas denominadas bombas de almacenamiento de energía térmica de acuíferos, dependiendo del clima interior y exterior, bombean agua caliente o fría hacia o desde el edificio”, explica el BRE.

Este edificio es, además, uno de los más inteligentes del planetaSabe dónde vive cada trabajador, qué coche conduce y con quién se reunirá cada día. Los empleados cuentan con una aplicación que les mantiene conectados desde que se despiertan y tiene toda la información sobre su horario. Con sus 28.000 sensores, puede reconocer cuándo llegan los automóviles y dirigirlos a un aparcamiento determinado.

 


The Edge es uno de los edificios más verdes e inteligentes del mundo. Crédito: PLP Architecture.

En un contexto de cambio climático, todos estos edificios comparten el objetivo de reducir la dependencia de los combustibles fósiles y las emisiones de gases de efecto invernadero. “Involucrar a toda la cadena de valor desde el primer día es probablemente la única forma de lograr un objetivo tan ambicioso. Además del contratista, el propietario del edificio y el arquitecto, también es necesario tener consultores en sistemas eléctricos, de agua y de plomería a bordo desde el principio”, afirma Rune Grasdal, arquitecto senior de Snøhetta. Al conseguir que un edificio tenga una alta eficiencia energética durante todo el ciclo de vida y genere más energía de la que consume, se persigue otro desafío importante: proporcionar energía renovable a la comunidad circundante.


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La construcción de la catedral de Notre Dame se extendió a lo largo de 200 años. Crédito: Unsplash.

Los misterios de la catedral de Notre Dame

De la coronación de Napoleón Bonaparte en 1804 a una icónica celebración durante la liberación de París de las fuerzas alemanas en 1944. Son algunos de los hechos que han tenido lugar en Notre Dame, la primera catedral gótica que usó hierro en su construcción.

ISABEL RUBIO ARROYO | Tungsteno

 

Notre Dame es una de las catedrales de estilo gótico más antiguas y grandes del mundo. El incendio que sufrió en abril de 2019 causó daños en algunas partes de su estructura y permitió descubrir uno de sus secretos: el uso de hierro en su construcción. Analizamos esta y otras curiosidades que esconde uno de los templos más emblemáticos de París.

 

La catedral que escondió un bosque en su interior

 

Notre Dame es una de las catedrales góticas más antiguas de FranciaSu construcción comenzó a mediados del siglo XII y se extendió a lo largo de 200 años. Esta estructura destaca por sus altas torres, vidrieras y detalles ornamentales. Entre los elevados arcos de piedra y el techo de la catedral, contaba con un espacio apodado como “el bosque” por la gran cantidad de vigas demadera que contenía. Cada una provenía de un árbol diferente y supuestamente se talaron 1.300 robles para crearla.

Se trata, ante todo, de un monumento emblemático en la historia de Francia. Además de inspirar a múltiples artistas como Víctor Hugo, en ella sucedieron múltiples acontecimientos importantes: de la coronación de Napoleón en 1804 a la celebración de una misa ‘Te Deum’ durante la liberación de París de las fuerzas alemanas el 26 de agosto de 1944 y las misas de los presidentes de la República Charles de Gaulle, Georges Pompidou y François Mitterrand.

 


 

La catedral de París es uno de los monumentos más icónicos de Francia. Crédito: Ministerio de Cultura de Francia.
 

El incendio que conmovió al mundo

 

“Notre Dame ha atravesado los siglos y sobrevivido tanto a guerras como a revoluciones, oponiéndose a los cambios de nuestras sociedades con un rostro inmutable”, indica el Ministerio de Cultura de FranciaLa catedral, que ha sido el escenario de múltiples restauraciones, sufrió uno de los eventos más trágicos de su historia el 15 de abril de 2019. Un incendio comenzó en el tejado y se extendió rápidamente, destruyendo la emblemática aguja del templo y el techo y causando múltiples daños en su interior.

 

La catedral de Notre Dame sufrió un incendio el 15 de abril de 2019. Crédito: France 24 English.

 

“El incendio en la catedral de Notre Dame en París es una tragedia para todos los franceses”, dijo Franck Riester, Ministro de Cultura, un día más tarde del siniestro que conmovió al mundo. Desde el Ministerio de Cultura describen así las emociones que suscitó el fuego: “Aturdimiento, asombro, convulsión internacional, drama, desastre, tragedia, catástrofe, trauma, tristeza, luto... no han faltado palabras para describir el sentir de todos durante esta onda expansiva cuyas consecuencias no hemos terminado de medir”.

Las altas bóvedas sufrieron daños importantes por el fuego, lo que supuso una amenaza para su estabilidad. Un informe pericial realizado el 23 de abril de 2019 indica que los boquetes de las bóvedas, la atmósfera húmeda tras el calor del fuego y sobre todo el polvo cargado de plomo que invadió el órgano perjudicaron su buena conservación. Desde la mañana siguiente del incendio se tomaron medidas de urgencia y varios arquitectos e ingenieros trabajan para restaurar la estructura.

 

El presidente francés, Emmanuel Macron, prometió tras el incendio que la reconstrucción se haría en cinco años. Crédito: Ministerio de Cultura de Francia.

 

El fuego reveló miles de grapas de hierro

 

El incendio y los trabajos de restauración llevaron a un sorprendente hallazgoNotre Dame fue la primera catedral gótica que usó hierro en su construcción. Un grupo de científicos analizó grapas de hasta medio metro utilizadas para reforzar las piedras y otros elementos del edificio más alto de su época. “El hecho de que la estructura se quemara hizo que se nos aparecieran algunas grapas que antes no se podían ver”, explica al portal New Scientist Maxime L'Héritier, uno de los investigadores.

Algo muy innovador para la época. “Te das cuenta de que estaban haciendo cosas que eran como el Empire State Building alrededor de 1930, o como el Burj Khalifa en Dubai, cosas realmente extraordinarias para la época”, explica al portal New Scientist Robert Bork, profesor de historia del arte de la Universidad de Iowa. El experto asegura que es algo comparable con “el lanzamiento a la luna en la década de 1960 y con algunas de las grandes iniciativas de alta tecnología actuales”.

Las propuestas de restauración fueron muchas y de lo más variopinto. Hubo quienes plantearon sustituir el tejado por una gran piscina o quienes pretendían recuperar la experiencia del "bosque"Desde que se produjo el fuego , el edificio ha estado cerrado al público. El presidente francés, Emmanuel Macron, prometió tras el incendio que la reconstrucción se haría en cinco años. Si todo sale según lo previsto, estaría lista para recibir a nuevos visitantes en 2024. Con casi 14 millones de visitantes al año, según destaca el Ministerio de Cultura, antes de esta tragedia era el monumento más visitado de Francia y Europa.

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La startup letona Brette Haus ha diseñado cuatro viviendas portátiles. Crédito: Brette Haus.

Casas plegables para mudarse con ellas a cuestas

Una startup letona llamada Brette Haus ha diseñado varias casas que pueden ‘mudarse’ hasta 100 veces. Analizamos el potencial de estas viviendas portátiles, que en teoría pueden ser montadas en apenas tres horas.

ISABEL RUBIO ARROYO | Tungsteno

 

Viviendas portátiles que se doblan y desdoblan para que sus propietarios puedan viajar por el mundo con ellas a cuestas. Es la creación de una startup letona convencida de que “actualmente la gente es flexible y no está arraigada en un único lugar”. Estas casas se guardan en una caja y, en teoría, dos personas pueden desplegarlas y montarlas en menos de tres horas.

 

De vivienda a oficina y albergue de refugiados

 

“¡Imagina tu hogar acogedor en cualquier lugar!”, sugieren los creadores. En 2019 lanzaron su primera cabaña plegable. Ahora tienen cuatro diseños diferentes con una superficie útil de 16,5 a 27 metros cuadrados, que sugieren instalar en varios lugares —por ejemplo, escondidas en el bosque o ‘brillando’ en el jardín— y darles diferentes usos. Además de que pueden ser utilizadas como una vivienda, también pueden servir como oficina, alojamiento turístico, espacio recreativo o comercial e incluso albergue para refugiados.

 

Estas pequeñas casas prefabricadas están equipadas con toda la ingeniería necesaria: de la plomería al cableado eléctrico pasando por el alcantarillado. Además, la empresa ofrece diferentes soluciones dependiendo de la ubicación, como precablear la casa con un kit de energía solar y agregar una estación de bombeo con un filtro de agua y un módulo de alcantarillado. Si bien sus creadores ofrecen los collages de interiorismo de IKEA, es probable que las opciones de personalización sean limitadas en comparación con una vivienda tradicional.

 

Las viviendas pueden montarse en apenas tres horas, según el fabricante. Crédito: Brette Haus.

 

Para su construcción, se utilizan materiales naturales y paneles fabricados pegando varias capas de madera contralaminada austriaca en condiciones especiales de prensado. Esto elimina el riesgo de encogimiento de la casa, mejora el aislamiento y la durabilidad y le permite prescindir del aislamiento térmico incluso en climas fríos. Así lo afirman sus creadores, que aseguran que “estas cabañas generan alrededor de un 80% menos de desechos y usan un 99% menos de agua que las casas estándar”.

 

Un sistema de bisagras para reubicar 100 veces la vivienda

 

Una vez que se compra la casa, el tiempo de fabricación es de entre ocho y 10 semanas. El fabricante se encarga de la instalación inicial. Si bien existen viviendas que no necesitan engancharse a la red, otras tienen que conectarse a la electricidad, el agua y una tubería de alcantarillado. Si más adelante el propietario quiere mudarse con la casa a cuestas, puede contratar un camión grúa para plegarla, trasladarla y desplegarla. Estas viviendas tienen un sistema de bisagras que permiten reubicarlas 100 veces, según sus creadores: “Una arquitectura tan transformable como las casas plegables podría compararse con una finca móvil”.

 


 

Las viviendas tienen una superficie útil de 16,5 a 27 metros cuadrados. Crédito: Brette Haus.

Si bien las casas portátiles y pequeñas pueden ser una buena opción para quienes buscan una vivienda asequible, portátil y sostenible, suelen tener algunas limitaciones. Además de que pueden ser menos duraderas que las casas tradicionales —debido a que están hechas de materiales más ligeros y fáciles de transportar—, en algunas áreas pueden enfrentar restricciones normativas y reglamentaciones que dificulten su establecimiento o uso como vivienda permanente.

El fabricante asegura que en muchos países el hecho de que la casa haya sido diseñada para plegarse y reubicarse varias veces elimina la necesidad de un permiso de construcción. Aun así, advierte de que la mejor opción es consultarlo con las autoridades locales. “Teniendo en cuenta el hecho de que está obteniendo una casa pequeña o una unidad emergente por el precio de un automóvil, esto podría no ser tan relevante”, opinan sus creadores. El precio depende del modelo: parte de los 32.000 euros y hay una que supera los 60.000.


 

Para su construcción, se utiliza madera contralaminada austriaca y otros materiales naturales. Crédito: Brette Haus.

Brette Haus no es la única compañía que trabaja en las viviendas portátiles. Hay otras como Ten Fold o Nestron que intentan conseguir el éxito de estas casas. Incluso IKEA se ha lanzado a este negocio con su proyecto Tiny House, que tiene como objetivo "educar mejor e inspirar a los consumidores a llevar la sostenibilidad a sus propias vidas". Habrá que esperar para comprobar si la demanda de viviendas asequibles, portátiles y sostenibles crece en los próximos años y estas empresas consiguen su objetivo: que las casas portátiles triunfen en el mercado.

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Angkor Wat es la estructura religiosa más grande del planeta. Crédito: Wikimedia Commons.

Los enigmas del templo Angkor Wat

El templo Angkor Wat aparece en la bandera de Camboya y es considerado uno de los destinos más impresionantes del planeta. Así se levantó este gigantesco complejo religioso rodeado por un foso y con una inmensa red de canales, diques y embalses.

ISABEL RUBIO ARROYO | Tungsteno

 

En el norte de Camboya, emerge majestuosamente un prodigio arquitectónico: Angkor Wat. Con más de 1.000 edificios y una superficie de 160 hectáreas, se trata de la estructura religiosa más grande del mundo. Fue encargada en el siglo XII por el rey jemer Suryavarman II como un homenaje a los dioses del hinduismo Shiva, Brahma y Vishnu y se levantó en Angkor, una ciudad que por aquel entonces se encontraba entre las más densamente pobladas del mundo, con un millón de habitantes.

Bloques de arenisca transportados por canales

Construido como una recreación del universo hindú, sus características más llamativas son las cinco torres de piedra arenisca que se elevan sobre los cuatro recintos del templo, representando los picos del monte Meru , el centro del universo”, afirma a The Conversation Alison Kira Carter, profesora asistente de Antropología de la Universidad de Oregón, sobre el templo, que está rodeado por un gran foso.

Para su construcción, se utilizaron bloques de arenisca. Un equipo de investigadores encontró hace una década más de 50 canteras de arenisca en un terraplén en la base del monte Kulen, que se encuentra aproximadamente a 35 kilómetros al noreste de los monumentos de Angkor. Según relatan en una investigación publicada en Journal of Archaeological Science, también identificaron una ruta de canales y ríos interconectados que probablemente se utilizaron para transportar los bloques de arenisca hasta el lugar de construcción.

En la construcción de Angkor Wat, también se usaron ladrillos. El tipo de arcilla que los componían y las condiciones de combustión dan como resultado grandes variaciones de color: blanquecinos, amarillos, rojos, gris o incluso negros. “Los ladrillos se unieron con juntas apretadas durante el proceso de construcción”, indica un documento publicado por la UNESCO y la Autoridad para la protección del sitio y el desarrollo de la región de Angkor y de Siem Riep (APSARA). Estos ladrillos se unieron unos a otros únicamente con “una capa muy delgada de una sustancia aglutinante”.


 

El rey Suryavarman II encargó la construcción de Angkor Wat en el siglo XII. Crédito: icon0 com.

Una “ciudad hidráulica” en toda regla

A partir de 1950, el arqueólogo francés Bernard Philippe Groslier trató de reconstruir el diseño de las antiguas ciudades de Angkor con imágenes aéreas. De este modo, descubrió la complejidad de su red de gestión del agua —formada por una gran red de canales, diques, fosos y embalses— y bautizó a Angkor como la “ciudad hidráulica”. El sistema hidráulico jugó un papel fundamental en el surgimiento del imperio, ya que garantizaba el suministro de agua durante todo el año para sustentar a la población, la agricultura y la ganadería.

"El sistema hidráulico de Angkor es único debido a su escala", explica a la BBC Dan Penny, investigador del departamento de geociencias de la Universidad de Sydney. Según cuenta, hay muchos ejemplos de ciudades históricas con sistemas de gestión del agua sofisticados, pero “ninguno como este”. Destaca, por ejemplo, la escala de los embalses: “La cantidad de agua que contiene West Baray es increíble. Muchas ciudades europeas podrían haberse sentado cómodamente ahí dentro cuando fue construido. Es alucinante; es un mar".

Angkor Wat destacaba por una red sofisticada de gestión del agua. Crédito: Science Channel.

El declive de Angkor Wat

Pese a que esta red de gestión del agua “fue realmente importante en el crecimiento de la ciudad y generó riqueza y poder”, también tuvo un inconveniente: “A medida que se hizo más y más complejo, se convirtió en el talón de Aquiles de la ciudad". A finales del siglo XIV y principios del XV, se produjeron lluvias monzónicas prolongadas seguidas de intensas sequías. Estos drásticos cambios climáticos afectaron la red de gestión del agua, provocando la destrucción de sus partes, fragmentándola y volviéndola inoperable, según Penny.

En teoría, la presión de las grandes sequías, el colapso del sistema de gestión del agua, los constantes ataques de los siameses y la expansión de las rutas marítimas contribuyeron a la caída de este gran imperio. Estos templos milenarios quedaron entonces escondidos entre la naturaleza hasta que los encontró el explorador francés Henri MouhotTras múltiples trabajos de conservación, Angkor Wat es hoy uno de los santuarios de peregrinación más importantes del sudeste asiático, además de una popular atracción turística.

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El Monte Saint-Michel se encuentra en la costa noroeste de Francia. Crédito: Abadía del Monte Saint-Michel.

Los misterios de la isla fortificada más famosa de Francia

Cuenta la leyenda que la historia del Monte Saint-Michel comenzó a partir de un sueño. Se hizo realidad y este islote albergó una abadía benedictina y fue un importante lugar de peregrinación, además de una prisión. Así se convirtió con el tiempo en uno de los principales atractivos turísticos de Francia.

ISABEL RUBIO ARROYO | Tungsteno

 

El Monte Saint-Michel es mucho más que un islote rocoso frente a la costa de Normandía. Rodeado por una bahía cuyas mareas alcanzan los 14 metros, es uno de los principales atractivos turísticos de Francia. Además de que se convirtió en un importante lugar de peregrinación, fue una prisión. Analizamos las curiosidades de este monte, que ha sido fuente de inspiración de castillos como el de la película de animación Enredados o de la ciudad Minas Tirith, del El Señor de los Anillos.

 

Un lugar de peregrinación que parte de un sueño

 

Esta pequeña isla mide 240 acres —unas 97 hectáreas— y está ubicada en Francia, a unos 290 kilómetros de París. Cuenta la leyenda que su historia comenzó a partir de un sueñoEn el año 708, el arcángel Miguel se le apareció al obispo Aubert tres veces y le pidió que construyera un santuario en su honor en una isla llamada Mont-Tombe. El sueño se hizo realidad y en el año 966, el duque Ricardo I de Normandía otorgó a los monjes benedictinos el permiso para instalarse allí.

Así este monte, que sería renombrado como monte Saint-Michel, se convirtió en un lugar de peregrinación muy importante en todo el occidente cristiano. Los peregrinos acudían a él en busca “de protección y la salvación de sus almas”, según la web oficial de la abadía. Al mismo tiempo, los monjes comenzaron a producir, conservar y estudiar una gran cantidad de manuscritos, lo que convertiría a esta abadía de estilo gótico en un importante centro de cultura durante la Edad Media.

 

El Monte Saint-Michel fue un importante lugar de peregrinación. Crédito: Slice.

 

Una “maravilla de occidente” rodeada por una bahía

 

“La construcción de esta ‘maravilla de occidente’ duró desde el siglo XI hasta el XVI y fue una verdadera hazaña técnica y artística”, afirma la UNESCO. La abadía es el punto central y más destacado de la isla. Su iglesia es el “epicentro de un laberinto de escaleras” y está en el punto más alto del monte. Para levantar esta estructura de 80 metros de altura, se construyeron cuatro criptas alrededor de la roca cuatro que sostienen el edificio en la cumbre. Además de la abadía, en el Monte Saint-Michel también hay calles estrechas y empedradas, casas antiguas y, alrededor de su base, murallas medievales.

Si hay algo que hace único al monte, es el agua que lo rodea. "Su entorno, la majestuosidad de las mareas y los cambios de luz ejercen un efecto magnético sobre los visitantes"explica a National Geographic Sébastien Daligault, naturalista de Label Nature, que dirige excursiones por la bahía desde hace más de dos décadas. En el pasado, el monte se convertía en una isla cuando las mareas subían. Antes de la construcción de la calzada de 3.000 pies —unos 910 metros— que antes conectaba la isla con tierra, era particularmente difícil llegar a ella debido a las arenas movedizas y a que las mareas subían muy rápido. La calzada de hormigón se reemplazó en 2019 por una pasarela sobre pilotes para permitir que el agua pasara por debajo.

 

En 1878 se construyó una calzada para facilitar el acceso al monte. Crédito: PxHere.

 

La prisión que salvó a la abadía de la destrucción

 

El Monte Saint-Michel no sólo fue un lugar de peregrinaciones. De hecho, estas se produjeron hasta el siglo XVII y poco a poco el lugar se transformó en una prisión. Sus espacios fueron renovados para albergar al mayor número de presos posible. “Este período de prisión, aunque oscuro, ayudó a salvar la abadía de la destrucción total”, indica la web de la abadía.

La isla, que fue fortificada en 1256, resistió los asedios durante la Guerra de los Cien Años entre Inglaterra y Francia (1337-1453) y las Guerras de religión de Francia (1562-1598). Cuando la prisión cerró definitivamente sus puertas, en 1863, la abadía estaba en ruinas. Fue a partir de ese momento cuando comenzaron los trabajos de restauración y se acondicionaron los alrededores del monte para recibir a los primeros turistas de su historia.

 

La construcción de la abadía fue “una hazaña técnica y artística”, según la UNESCO. Crédito: Francesco Bandarin / UNESCO.

 

En la actualidad tres millones de turistas visitan el Monte Saint-Michel cada año, según la UNESCO. Además, una docena de monjes de las Fraternidades Monásticas de Jerusalén viven en la abadía. La historia que lleva a sus espaldas y sus encantos han convertido al Monte Saint-Michel, declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad de la UNESCO en 1979, en uno de los lugares turísticos más populares de Francia.

 

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  • Edificios históricos

Los dibujos de Mahony se mostraban a clientes, exhibían en museos y publicaban en revistas. Crédito: MIT Museum / Fundación Frank Lloyd Wright.

Los dibujos fascinantes de una arquitecta adelantada a su tiempo

Pese al legado de valor incalculable de Marion Mahony Griffin, algunos historiadores se han centrado en sus relaciones con los hombres y en su apariencia física. Analizamos la vida y obra de una de las primeras mujeres arquitectas con licencia en Estados Unidos.

ISABEL RUBIO ARROYO | Tungsteno

 

Además de ser la segunda mujer en graduarse en arquitectura del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en 1894, Marion Mahony Griffin fue la primera mujer arquitecta con licencia en Illinois. Como destacan algunos expertos en su trabajo, hizo los dibujos en los que la gente piensa cuando piensa en el afamado arquitecto Frank Lloyd Wright. Y no sólo eso. También se caracterizó por su habilidad para combinar la geometría moderna con formas orgánicas inspiradas en la naturaleza.

La mano detrás de los dibujos icónicos de Frank Lloyd Wright

Mahony trabajó como arquitecta en Estados Unidos, Australia e India. Fue una gran dibujante responsable de crear el estilo característico de representación de Wright en los primeros años de su carrera. Así lo indica Jennifer Gray, una investigadora del trabajo del arquitecto y excomisaria de Dibujos y Archivos en la Biblioteca de Arquitectura y Bellas Artes Avery de la Universidad de Columbia: “A diferencia de Wright, que nunca estudió arquitectura formalmente, Mahony se había formado en fórmulas de renderizado estándar en el MIT”.

Sus dibujos en perspectiva no se utilizaban para construir edificios, sino para mostrar a personas no capacitadas en la lectura de planos, alzados y secciones cómo se vería un edificio. Es decir, se utilizaban como “una herramienta de marketing que se mostraría a los clientes, se exhibiría en museos y se publicaría en revistas”.


 

En este dibujo de Mahony aparece la Casa KC DeRhodes, ubicada en South Bend (Indiana). Crédito: Fundación Frank Lloyd Wright.

Una fusión de la naturaleza con la arquitectura

Un ejemplo de la originalidad en sus dibujos es el de la Casa KC DeRhodes, en el que integra la arquitectura con el mundo natural: “Gran parte del follaje se representa como hojas individuales y briznas de hierba, dibujadas tan nítidamente como el edificio y en el mismo plano”. En sus dibujos, las líneas tienen varios grosores para transmitir profundidad y énfasis. Además, Mahony utilizaba varias técnicas de composición derivadas de los grabados japoneses: “Los árboles que rompen el plano del cuadro, por ejemplo, así como el uso del espacio negativo, la perspectiva inusual y los cambios bruscos de escala, como el primer plano del pájaro y las flores en relación con la casa de detrás”.

Mahony desempeñó un papel fundamental en el diseño de Canberra, en Australia. Crédito: Fundación Frank Lloyd Wright.

Mahony se casó en 1911 con Walter Burley Griffin, un exempleado de Wright, y comenzó a hacer representaciones para su estudio. Poco después se mudaron a Australia, donde tuvieron algunos encargos importantes como el Newman College en la Universidad de Melbourne, Café Australia o Capitol House, un edificio de oficinas con teatro. Además, diseñaron un plan para la nueva ciudad de Canberra, la capital de Australia. Juntos llevaron a cabo 280 proyectos de arquitectura, planificación y paisajismo, de los que se construyeron unos 180, según Anna Rubbo, profesora asociada de Arquitectura en la Universidad de Sydney.

La arquitecta que desafió los roles de género

Pese a que su estilo es “poco convencional e inmediatamente reconocible”, Mahony decidió incorporar sus iniciales en el diseño. “Al identificarse como la autora, desafió las prácticas estándar de una profesión dominada por hombres en la que solo se incluye la firma del arquitecto principal en los dibujos”, explica Gray. La arquitecta tenía algo claro: “Sus dibujos de presentación eran objetos de arte por derecho propio, no meras representaciones de los diseños arquitectónicos de Wright”.

Para Gray, “no es exagerado decir que Mahony estuvo a la vanguardia de la arquitectura y los derechos de la mujer”. Algunos investigadores critican que durante años los historiadores de la arquitectura que reconocían a Mahony tendían a centrarse en sus relaciones con los hombres y en su apariencia física, “a menudo en términos poco halagüeños”, según The New York Times. Pero su legado muestra que la arquitecta fue ante todo una mujer adelantada a su tiempo, como indican los Museos de Historia de Nueva Gales del Sur“Durante cinco décadas promovió ideas progresistas que son tan relevantes hoy, 150 años después de su nacimiento, como en su propio tiempo”.

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  • Mujeres

El Museo de la Ciencia Ficción de Chengdu ha sido diseñado por el estudio de arquitectura de Zaha Hadid. Crédito: Atchain / Zaha Hadid Architects.

El museo más futurista de la Ciencia Ficción

Una estructura futurista con forma de estrella asimétrica que parece flotar sobre un lago. Así se espera que sea el Museo de la Ciencia Ficción de Chengdu, en el suroeste de China. Analizamos los detalles de esta megaestructura, equipada con placas fotovoltaicas y un sistema que aspira a prevenir inundaciones.

ISABEL RUBIO ARROYO | Tungsteno

 

El Museo de la Ciencia Ficción parece sacado del futuro. O al menos esa es la impresión que dan las imágenes digitales realizadas por el estudio de Zaha Hadid, encargado de diseñar la estructura. Se trata de un espacio en construcción concebido para convertir a Chengdu en una ciudad esponja capaz de mitigar inundaciones y para albergar a finales de 2023 uno de los eventos más prestigiosos de los amantes de la ciencia ficción: la convención anual Worldcon.

 

Un museo que parece flotar sobre un lago

 

El museo, que ocupa una superficie de 59.000 metros cuadrados y parece flotar sobre un lago, tendrá galerías de exposición, un teatro, una sala de conferencias y otros espacios. Su diseño se ha realizado a través de un análisis de modelos digitalesEsta técnica conlleva algunos beneficios. Además de que sirve para detectar y resolver problemas antes de iniciar la construcción física —lo que ayuda a reducir costes y riesgos—, puede optimizar diferentes aspectos del diseño, como la eficiencia energética o la iluminación natural.

El museo tendrá un atrio central que recibirá la iluminación del sol y una amplia ventana que ofrece vistas panorámicas de una cordillera. “Las formas fluidas de su techo irradian desde un punto central en el interior, emulando una nube nebulosa en expansión con una estrella en el centro, transformando el museo en una 'nube de estrellas' que dispersa campos de energía en sus muchas zonas diferentes; guiando a los visitantes a través de un portal que conecta nuestra experiencia vivida con nuestra imaginación”, indica el estudio de Zaha Hadid.

 

Los arquitectos esperan que el museo esté terminado para acoger un evento en octubre de 2023. Crédito: Atchain / Zaha Hadid Architects.

 

Placas fotovoltaicas y un sistema que filtra el agua de la lluvia

 

Sus creadores se han comprometido a construir un museo innovador y sostenible. El techo estará equipado de placas fotovoltaicas que dotan de energía al edificio y tiene el tamaño idóneo para dar sombra a las fachadas acristaladas en verano. “Ajardinado con plantas autóctonas de la región, el diseño recoge y almacena agua de lluvia para su filtración y reutilización natural, lo que permite que el lago Jingrong se convierta en una parte integral del sistema de drenaje sostenible de Chengdu que mitigará las inundaciones y aumentará la biodiversidad en toda la ciudad”, señala el estudio.

Si hay una figura clave en la arquitectura vanguardista, sin duda es la anglo-iraquí Zaha Hadid, que fue la primera mujer en ganar el premio de arquitectura Pritzker —el galardón mundial más importante en el campo de la arquitectura— y falleció en 2016. Su estudio ha seguido construyendo todo tipo de estructuras. Desde que se fundó, en 1979, ha llevado a cabo 950 proyectos en 44 países.

En los últimos años, la firma ha tratado de buscar soluciones ecológicas. Es el caso, por ejemplo, de la sede de BEEAH, una empresa de gestión medioambiental, construida entre 2014 y 2022 en el desierto de Al Sajaa en Sharjah (Emiratos Árabes Unidos). La estructura está pensada para ventilarse de forma natural e incorpora tecnologías que aspiran a regular la temperatura del edificio con un consumo energético mínimo.

 

La sede de BEEAH tiene integradas varias soluciones sostenibles. Crédito: Huffington + Crow / Zaha Hadid Architects.

 

La ciudad que se erige como epicentro de la ciencia ficción.

 

La construcción del Museo de la Ciencia Ficción de Chengdu comenzó en 2022 y sigue su curso, según indica una entrada publicada en junio de 2023 por el estudio de arquitectura. No es casualidad que el lugar elegido para levantar esta estructura futurista sea Chengdu. Esta ciudad, situada en el suroeste de China, es una incubadora líder de escritura de ciencia ficción en el país. En ella, se publica por ejemplo desde hace más de cuatro décadas la revista Science Fiction World, una de las publicaciones más populares del género.

Se espera que la estructura esté terminada a finales de este año para acoger la Convención Mundial de Ciencia Ficción y albergar los Premios Hugo —unos de los premios más prestigiosos del universo de la ciencia ficción—. Desde el estudio de Zaha Hadid tienen claro el objetivo: “Conectar el pasado, el presente y el futuro para que el Museo de Ciencia Ficción de Chengdu se convierta en un vibrante centro de innovación y lugar de reunión para la ciudad”.

 

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  • Arquitectura

La empresa japonesa Shimizu Corporation propuso hace años la construcción de una ciudad submarina. Crédito: Shimizu Corporation.

El sueño de construir ciudades submarinas

Más de un 70% de la superficie del mundo está cubierta de agua, según el Servicio Geológico de Estados Unidos​​. Si bien se han planteado conceptos teóricos sobre ciudades submarinas para aprovechar ese espacio, hasta el momento no se ha construido una urbe de este tipo a gran escala.

ISABEL RUBIO ARROYO | Tungsteno

 

Del restaurante submarino Ithaa, ubicado en Maldivas, al túnel ferroviario Transbay Tube, que conecta el centro de San Francisco con el oeste de Oakland. Son algunas de las construcciones submarinas más impresionantes del planeta. Construir bajo el agua no es tarea fácil. Al desafío de encontrar materiales adecuados, se suma el de manejar la presión del agua y prevenir la corrosión de las estructuras. Si ya se han construido algunos edificios bajo el agua, ¿el próximo paso serán las ciudades submarinas?

 

Museos, hoteles y otras construcciones submarinas

 

Un grupo de 35 figuras humanas caminan frente a un muro en las profundidades del mar. Este escenario se da en el Museo Atlántico, que se puede visitar buceando en las costas de Lanzarote, en España. También existe un parque de esculturas subacuáticas en la Gran Barrera de Coral, en Australia. El objetivo de sus creadores es que sean colonizadas por corales y otras especies marinas amenazadas. “El arte y la ciencia son socios críticos en la batalla contra el cambio climático y fundamentales para realinear nuestra relación con el mundo natural”, afirma Jason deCaires Taylor, el escultor artífice de las obras, al portal New Scientist.

 

El Museo Atlántico tiene 10 grupos diferentes de esculturas. Crédito: RICI Comunicación.

 

Además de museos submarinos, bajo el agua también hay algún que otro hotel, estaciones de investigación, túneles ferroviarios, restaurantes e incluso un club nocturno. El complejo Conrad Maldives en la isla privada Rangali de las Maldivas inauguró en 2018 una suite de lujo sumergida a unos cinco metros bajo el agua. Una noche en ella cuesta más de 9.000 dólares —unos 8.230 euros—. El resort Anantara Kihavah Maldives Villas, también ubicado en las Maldivas, cuenta con un restaurante submarino. “Observe cómo nadan los tiburones, las tortugas y los peces tropicales mientras saborea la comida gourmet en su máxima expresión”, sugiere la web del hotel.

En el Santuario Marino Nacional de los Cayos de Florida, a unos 18 metros de profundidad, está la Base del Arrecife AquariusSe trata de un laboratorio que, según la Universidad Internacional de Florida, se utiliza para “estudiar el océano, probar y desarrollar tecnología submarina de última generación, capacitar a buzos especializados y atraer a una audiencia mundial a través de experiencias presenciales y virtuales”.

 

El resort Anantara Kihavah Maldives Villas tiene un restaurante submarino. Crédito: Anantara Kihavah.

 

El desafío de construir bajo el agua

 

Al construir en el agua, hay que usar materiales que puedan resistir a la presión del agua, la corrosión y la erosión. Los más utilizados son el concreto, el vidrio acrílico y el aceroAsí lo explica la compañía BigRentz, que indica que “el acero, normalmente encerrado en concreto, forma una estructura sólida para edificios submarinos”. Una investigación publicada en la revista Construction and Building Materials indica que el concreto submarino se utiliza comúnmente para construir puentes, presas y otras estructuras.

Otro factor a tener en cuenta es cómo se levantarían estas ciudades. “Hoy en día, los buzos pueden realizar construcciones bajo el agua, pero el buceo profesional es peligroso, y los tipos de herramientas y equipos que pueden funcionar bajo el agua y ser utilizados de manera segura por ellos son bastante limitados”, indica el portal especializado en noticias marítimas gCaptainPor esta razón, para hacer construcciones submarinas, se suele intentar retirar y retener el agua de forma temporal —una técnica que se conoce como deshidratación—.

 

Construir bajo el agua conlleva varios desafíos. Crédito: Practical Engineering.

 

Aún es pronto para saber si en unas décadas se construirá alguna ciudad de este tipo. Levantar una urbe submarina plenamente funcional y habitable conlleva retos técnicos, logísticos y económicos. Aunque se han realizado investigaciones y se han planteado conceptos teóricos, hasta el momento no se ha construido una ciudad de estas características a gran escala. Por ejemplo, la empresa japonesa Shimizu Corporation propuso en 2014 la construcción de una ciudad submarina.

A ello se suma que vivir bajo el agua trae consigo otros desafíos, como las temperaturas frías, una gran presión y, por supuesto, el de garantizar que haya suficiente oxígeno para los humanos. Lo ideal sería evitar construcciones en zonas muy profundas, según el portal especializado en ingeniería Interesting Engineering. Esto se debe a que la presión en ellas requeriría paredes muy gruesas, además de largos períodos de descompresión al llegar a la superficie.

Pese a todos estos desafíos, hay quienes apuntan alto y ven las ciudades submarinas como una solución al problema de superpoblación de la Tierra. Por el momento, las únicas urbes subacuáticas que existen son aquellas que han quedado sumergidas bajo el agua con el paso del tiempo. El nivel del mar ha aumentado más de 20 centímetros desde 1880, según la Oficina Nacional de Estados Unidos de Administración Oceánica y Atmosférica. Si la tendencia no cambia, algunos países como Maldivas, China o Bangladesh podrían perder gran parte de su superficie. Como explica Gerd Masselink, profesor de geomorfología costera en la Universidad de Plymouth en el Reino Unido, “si las ciudades o los países desaparecen depende de si nosotros, como humanos, estamos haciendo algo para contrarrestar la amenaza".

 

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  • Construcciones

La Ciudad Prohibida ocupa 72 hectáreas y tiene 980 edificios. Crédito: Wikimedia Commons.

Los secretos mejor guardados de la Ciudad Prohibida

La Ciudad Prohibida fue el hogar de los emperadores de China y sus familias durante casi 500 años. El acceso a este complejo palaciego estaba restringido para la mayoría de las personas, que podían enfrentarse a penas como la muerte. Así se construyó una de las obras maestras más enigmáticas de China.

ISABEL RUBIO ARROYO | Tungsteno

 

Considerado uno de los palacios más famosos del planeta y rodeada por un una muralla y un foso colosal, la Ciudad Prohibida es una obra maestra de la arquitectura chinaCuenta con 980 edificios —incluyendo palacios, salones de audiencia, templos, jardines y patios— y ocupa 72 hectáreas. Es bastante más grande, por ejemplo, que la Ciudad del Vaticano, con unas 44 hectáreas. Analizamos los entresijos de esta megaestructura situada en el corazón de la ciudad de Pekín.

 

Caminos de hielo para mover piedras gigantescas

 

Para levantar este palacio, en el siglo XV y XVI se transportaron piedras gigantescas desde una cantera hasta el corazón de Pekín (unos 70 kilómetros) por caminos resbaladizos de hielo. Así lo indica un documento que tiene 500 años de antigüedad traducido por la Universidad de Ciencia y Tecnología de Beijing y cuyos hallazgos se recogen en una investigación publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS). La roca más pesada en aquel entonces pesaba unas 330 toneladas.

El documento en cuestión relata una disputa entre funcionarios imperiales sobre cómo transportar más piedras a la Ciudad Prohibida. Si bien algunos argumentaban que las mulas y los carros eran más baratos, otros consideraban que los hombres y los trineos podían transportar estas costosas piedras de forma segura. Este hallazgo suscita algunas incógnitas y “plantea tremendas preguntas de ingeniería”, como indica a la revista National Geographic el ingeniero de Princeton Howard Stone: “¿Cómo diablos llevaron estas enormes rocas a Beijing?” pregunta.

Los trabajadores aprovecharon los fríos inviernos del norte de China y cavaron pozos cada 500 metros para verter agua sobre el hielo y lubricarlo de modo que fuera más resbaladizo. Stone cuenta que algunas personas han preguntado si los pozos todavía están allí. “Sería interesante buscarlos", sugiere. A Charles Faulkner, un exprofesor del departamento de Antropología de la Universidad de Tennessee que ha fallecido, no le sorprendía que se transportaran estas piedras gigantescas: “Si tienes suficiente gente, suficiente cuerda y suficiente tiempo, puedes mover casi cualquier cosa".

 

La Ciudad Prohibida está ubicada en el centro de Pekín. Crédito: Patrick Denker / Flickr.

 

Madera preciosa, oro fino y ladrillos de arcilla

 

La Ciudad Prohibida fue el hogar de los emperadores de China y sus familias durante las dos últimas dinastías imperiales de China —Ming y Qing—, además del centro ceremonial y político del gobierno chino durante casi 500 años. Su orientación sigue las prácticas del feng shui —un antiguo sistema chino de arreglo y diseño espacial que buscaba armonizar el flujo de energía en un entorno determinado—. Sus edificios más importantes están orientados al sur para honrar al Sol.

Más de un millón de trabajadores y 100.000 artesanos construyeron la Ciudad Prohibida entre 1406 y 1420, incluyendo carpinteros, albañiles, pintores, escultores y expertos en porcelana. Este complejo palaciego está compuesto con materiales de todo el país: madera preciosa de Sichuan, en el suroeste de China; pan de oro fino de Suzhou, cerca de Shanghái; y ladrillos de arcilla de Shandong, en el este del país.

 

Más de un millón de personas participaron en la construcción de la Ciudad Prohibida. Crédito: Megaprojects.

 

El nombre de este enigmático palacio se debe a que cuando fue ocupado por primera vez, en 1420, el acceso a la zona estaba prohibido a la mayoría de los súbditos del reinoLa Ciudad Prohibida dejó de ser la sede del gobierno imperial Qing con la revolución china de 1911. El complejo se mantuvo en buenas condiciones pese a los estragos de la revolución y la guerra con Japón, que tuvo lugar entre 1937 y 1945.

De hecho, fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1987 y está catalogada por la UNESCO como la mayor colección de estructuras de madera antiguas conservadas en el mundo. Aún hoy, gran parte de este complejo continúa cerrada al público: los visitantes tienen prohibido el acceso a algunas áreas de trabajo, zonas que no han sido reparadas y lugares que se utilizan para almacenar algunas reliquias culturales. Pese a ello, cada año unas 15 millones de personas visitan este gran palacio con el fin de conocer sus tesoros mejor guardados.

 

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  • Edificios históricos

Varios investigadores buscan la forma de cargar el móvil con la ropa. Crédito: Pixabay.

¿Ropa para cargar el móvil?

Un equipo de investigadores de la Universidad de Nottingham Trent quería fabricar un panel solar textil. Se puso manos a la obra y creó un tejido con más de 1.000 células solares para cargar dispositivos. Analizamos el potencial y las limitaciones de esta tecnología.

ISABEL RUBIO ARROYO | Tungsteno

 

Imagina no necesitar un cargador tradicional para tener batería en el móvil. O algo un paso más allá: utilizar lo que llevas puesto —por ejemplo, una chaqueta o un pantalón— para cargarlo. Es lo que pretende un equipo de investigadores de la Universidad de Nottingham Trent, en Reino Unido, que dice haber inventado un textil con células solares en miniatura que supuestamente sirven para cargar un reloj inteligente o un teléfono móvil.

 

¿Más de 1.000 células fotovoltaicas diminutas en una chaqueta?

 

El objetivo de los investigadores era crear un panel solar textil que fuera transpirable y suave al tacto. "Hemos combinado técnicas de tejido establecidas desde hace mucho tiempo con tecnología moderna para crear productos futuros que pueden cambiar las percepciones de las personas sobre la ropa y la electrónica", afirma Matholo Kgatuke, una de las investigadoras, que es experta en la elaboración de textiles electrónicos.

El tejido tiene 1.200 células fotovoltaicas de cinco milímetros de largo y 1,5 milímetros de ancho que están incrustadas en una resina de polímero resistente al agua, según indica un comunicado publicado por la Universidad de Nottingham Trent. Estas células, en teoría, son capaces de aprovechar 400 milivatios de energía solar. Los investigadores señalan que este textil podría incorporarse en una prenda de vestir como una chaqueta o un accesorio como una mochila y utilizarse para cargar dispositivos.

 

El tejido tiene células solares para cargar dispositivos. Crédito: Universidad de Nottingham Trent.

 

La carga portátil se fusiona con la moda

 

Para fabricar este textil, se ha utilizado la tecnología de hilo electrónico (e-yarn). El tejido en cuestión mide 51 por 27 centímetros y está equipado con un cableado fuerte pero muy flexible y supuestamente se puede lavar en una máquina a 40°C con otra ropa. “El material que hemos desarrollado, a todos los efectos, tiene el mismo aspecto y comportamiento que cualquier textil normal, ya que puede arrugarse y lavarse en una lavadora”, señala Theodore Hughes-Riley, el investigador que ha liderado la investigación.

El experto, que es profesor asociado de Textiles Electrónicos y parte del Grupo de Investigación de Textiles Avanzados en la Escuela de Arte y Diseño de la Universidad de Nottingham Trent, explica que tanto los textiles electrónicos como los dispositivos portátiles requieren una fuente de energía, que a menudo suele ser una batería. “El ímpetu de este trabajo ha sido desarrollar una fuente de alimentación portátil ligera y discreta para estos dispositivos. Es posible que esto no reemplace completamente la batería para algunas aplicaciones, pero podría proporcionar una solución de carga portátil”, cuenta al portal Interesting Engineering.

 

El tejido tiene 1.200 células fotovoltaicas de cinco milímetros de largo y 1,5 milímetros de ancho. Crédito: Universidad de Nottingham Trent.

 

¿Un sustituto a los cargadores?

 

A corto plazo no parece que este tejido vaya a sustituir a los cargadores tradicionales. Aún es pronto para saber si finalmente se integrará en prendas que se puedan comprar en el mercado. De momento, hay algunas limitaciones. Si bien los investigadores esperan poder integrar esta tecnología a productos comerciales, de momento se trata sólo de un prototipo. Hughes-Riley reconoce que pueden pasar algunos años hasta que esto finalmente ocurra.

A ello se suma que se desconocen varios detalles técnicos de este prototipo y que los resultados no han sido publicados en una revista científica revisada por pares —en la que científicos externos evalúen los detalles al respecto—. Además, producir este panel solar conlleva “muchos procesos manuales”, por lo que requiere “bastante tiempo”. “En el futuro, esperamos automatizar más el proceso de producción para que podamos producir paneles solares textiles como este rápidamente”, destaca Hughes-Riley. Esta ropa podría ser más costosa que la convencional, lo que podría limitar su accesibilidad y aceptación en el mercado.

Pese a las limitaciones, “este prototipo ofrece una visión emocionante del potencial futuro de los textiles electrónicos". Otros investigadores tratan de crear tejidos que puedan cargar distintos aparatos. Pero de momento se trata de proyectos puntuales. “Hasta ahora muy pocas personas habrían considerado que sus prendas de vestir o productos textiles podrían utilizarse para generar electricidad”, señala Hughes-Riley. Habrá que ver si con estos proyectos cambia y estos nuevos tejidos consiguen hacerse un hueco en el mercado.

 

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Eiffel construyó cientos de estructuras metálicas en todo el mundo. Crédito: Web oficial de la Torre Eiffel.

El genio del metal salpicado por un escándalo de corrupción

La magnífica carrera como constructor de Alexandre Gustave Eiffel se vio salpicada por uno de los mayores escándalos financieros del siglo XIX. Así afectó a este genio de la carpintería metálica un proyecto para construir unas esclusas en el Canal de Panamá.

ISABEL RUBIO ARROYO | Tungsteno

 

Alexandre Gustave Eiffel se convirtió en una referencia internacional tras construir una de las torres más emblemáticas del mundo: la Torre Eiffel. Pero este ingeniero especializado en estructuras metálicas hizo muchas otras estructuras únicas: de puentes a estaciones de ferrocarril pasando por el armazón de hierro de la Estatua de la Libertad e incluso túneles de viento. Investigamos la vida y obra de este gran ingeniero y empresario francés, que fue salpicado por un caso de corrupción que casi arruina su carrera.

 

El maestro que dio vida al metal

 

Tras terminar sus estudios en la Escuela Central de las Artes y las Manufacturas de París en 1855, Eiffel fundó y desarrolló una empresa especializada en carpintería metálica. Su legado es de un valor incalculable: construyó cientos de obras metálicas por todo el mundo. “Si bien los puentes, y en concreto los puentes ferroviarios, fueron su campo de trabajo preferido, también se forjó un nombre en el campo de la carpintería metálica y las instalaciones industriales”, explican desde la Torre Eiffel.

“Eiffel logró posicionar su empresa en el cuarto, quinto o sexto lugar de las grandes empresas francesas de construcción metálica”, afirma el ingeniero e historiador Bertrand Lemoine, que explica que gran parte del éxito se debió a su conocimiento de los materiales y su capacidad para elegir buenos colaboradores. La Torre Eiffel, levantada en París en 1889, es su creación más famosa. Pero es solo un ejemplo más de su obra en metal, entre la que destacan dos viaductos casi gemelos (el de Oporto y el de Garabit, en Francia) o el Puente de Hierro de Burdeos.

 

La Torre Eiffel es la creación más famosa de Gustave Eiffel. Crédito: Web oficial de la Torre Eiffel.

 

El escándalo de corrupción que amenazó su carrera

 

No todo fueron luces en la carrera de Eiffel. En 1893, el ingeniero se vio salpicado por un grave escándalo de corrupción relacionado con la construcción de unas esclusas en el Canal de Panamá. A la Compañía Francesa del Canal de Panamá, creada por el diplomático y empresario francés Ferdinand de Lesseps, no le fue fácil reunir los fondos necesarios para llevar a cabo el proyecto. Fue entonces cuando se llevó a cabo una gran campaña publicitaria que resultó un fiasco cuando la prensa detectó que se estaba comprando a muchos parlamentarios para obtener un préstamo especial y abrir el capital nuevamente a los accionistas, según recoge Radio France.

La empresa no logró reunir los fondos, cesó sus pagos y abandonó la obra. Lo que llevó a todos los accionistas arruinados a presentar una denuncia por fraude y abuso de confianza contra Ferdinand de Lesseps y otros involucrados, entre ellos Eiffel. Los periódicos Le Petit Parisien o Le Figaro indicaban que se le acusaba de "haber recibido ciertas sumas para realizar diversas tareas que no llevó a cabo". El 9 de febrero de 1893 el ingeniero fue condenado a dos años de prisión y a pagar 20.000 francos, aunque tras la apelación fue absuelto y no ingresó en la cárcel.

 

Eiffel se vio salpicado por uno de los mayores escándalos financieros del siglo XIX. Crédito: Web oficial de la Torre Eiffel.

 

El legado científico de Eiffel

 

Estos hechos llevaron a Eiffel a retirarse del mundo de los negocios y centrarse en la investigación. Los últimos 30 años de su vida se dedicó a hacer experimentos. El ingeniero quería ante todo demostrar la utilidad de la Torre Eiffel para evitar que fuera desmantelada a los 20 años, como se había acordado en un principio. El monumento se convirtió así en un laboratorio donde realizó experimentos de meteorología, y aerodinámica e incluso hizo construir un pequeño túnel de viento.

Pero “fue la radio la que hizo de la torre un laboratorio imprescindible”, según Lemoine. A finales del siglo XIX, según cuenta, se inventó la transmisión inalámbrica remota de señales. Algo que despertó el interés de las autoridades militares. La Torre Eiffel era un lugar ideal para experimentar con estas tecnologías debido a su altura, que permitía transmitir mensajes a larga distancia y en un área amplia. El monumento adquirió “un interés estratégico para el ámbito militar” y obtuvo una prórroga de la concesión del terreno durante 70 años más. “Desde entonces, no surgieron más dudas sobre su destino”, destaca Lemoine.

 

Además de ser un gran constructor, Eiffel realizó múltiples experimentos científicos. Crédito: RFI English.

 

Eiffel falleció el 27 de diciembre de 1923, a los 91 años, rodeado de su familia. Con motivo del centenario de su muerte, este año se realizarán varios homenajes al ingeniero. En la Torre Eiffel, se organizarán exposiciones y experiencias inmersivas. Además, se va a diseñar una música e iluminación especial del monumento junto con el DJ y productor francés Michael Canitrot. Otras entidades como la Asociación de Descendientes de Gustave Eiffel (AGDE) y La Poste también realizarán homenajes con un claro objetivo: que en la cabeza de muchos siga rondando el legado de este genio del metal.

 

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  • Edificios históricos

El Cristo Redentor es una gigantesca escultura de hormigón armado. Crédito: Donatas Dabravolskas / Wikimedia Commons.

Los secretos que esconde el Cristo Redentor

El Cristo Redentor mide 30 metros de altura y está a 710 metros sobre el nivel del mar. Cada uno de sus brazos tiene una superficie de 88 metros cuadrados y sus pies miden 1,35 metros. Así se ha convertido esta majestuosa estructura en uno de los principales atractivos turísticos de Brasil.

La cabeza del Cristo Redentor llegó a Brasil separada en 50 piezas y las manos, en ocho. Este icónico monumento, que mide el equivalente a un edificio de unos 13 pisos, es un símbolo de la Iglesia Católica, además de uno de los principales destinos turísticos de Brasil. Analizamos la construcción de una de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo Moderno, que también ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

 

Un símbolo de la Iglesia Católica

 

En 1849 un sacerdote cristiano llamado Pedro María Boss visitó Río de Janeiro y sugirió que se levantara un monumento religioso en la cima del cerro del Corcovado. Una idea que en ese momento no se llegó a materializar. Pero más de 60 años después, en 1912, un cardenal llamado Dom Joaquim Arcoverde volvió a defender su construcción con un objetivo: demostrar que la Iglesia Católica formaba parte de la vida de los brasileños.

La primera piedra del Cristo Redentor se puso 10 años más tarde: el 4 de abril de 1922. La construcción, que se llevó a cabo con donaciones del pueblo brasileño, se demoró varios años y comenzó en 1926. El ingeniero local Heitor da Silva Costa fue el encargado de diseñar y supervisar la construcción de la estructura de la estatua, mientras que el escultor francés Paul Landowski se encargó de esculpir la figura de Jesucristo. El rostro de la escultura fue creado por el escultor rumano Gheorghe Leonida, compañero de Landowski en París. Si bien el Cristo Redentor no fue un regalo del Gobierno de Francia a Brasil —al contrario de lo que indican múltiples fuentes—, la cabeza y las manos fueron moldeadas en arcilla a tamaño natural en París. Se trasladaron hasta Brasil en decenas de piezas catalogadas.

 

El Cristo Redentor mide 30 metros, el equivalente a un edificio de 13 pisos. Crédito: Santuario del Cristo Redentor.

 

Un Cristo a prueba de huracanes

 

El monumento es de hormigón armado. El material se eligió, en parte, por su bajo coste y ante el temor de que una estructura de metal pudiera ser desmontada si se produjera una guerra. Al estar en la cima del Corcovado, el Cristo Redentor fue diseñado para soportar vientos de hasta 250 kilómetros por hora —cuatro veces más que el promedio registrado en el momento de su construcción—. “Incluso soporta los vientos de un huracán de categoría 5, como Katrina, que azotó Estados Unidos en 2005”, señala la web del santuario.

Heitor da Silva Costa “sabía que faltaba algo para darle al Monumento la verdadera esencia de una obra de arte”. Descubrió la esteatita, un material maleable y resistente a la erosión que abundaba en Brasil. Las piezas de esteatita se cortaron en seis millones de triángulos, se pegaron a mano en un tejido y luego los trabajadores las aplicaron a la estatua. Según cuenta la web del santuario, algunas damas de la época escribieron los nombres de sus seres queridos en el reverso de los triángulos de esteatita.

 

El Cristo Redentor es la estructura Art Decó más grande del mundo. Crédito: The New York Times.

 

Una cabeza de 30 toneladas

 

El montaje duró hasta 1931 y el monumento fue inaugurado el 12 de octubre, el día de la patrona de Brasil (Nuestra Señora de Aparecida). El Cristo Redentor está a 710 metros sobre el nivel del mar. La estatua mide 30 metros de altura —más los 8 del pedestal— y 28 metros de ancho. Es una de las esculturas más grandes de Cristo en el mundo. Cada brazo tiene una superficie de 88 metros cuadrados, la cabeza pesa 30 toneladas y cada pie mide 1,35 metros. “Si usara sandalias, tendrían que ser de la talla 530”, afirma la web del monumento.

“¡Cristo vence! ¡Cristo reina! ¡Cristo gobierna! ¡Cristo protege a tu Brasil de todo mal!”, pronunció en la ceremonia de inauguración el cardenal brasileño Sebastião Leme da Silveira. Desde entonces, el monumento ha sido reparado y renovado en varias ocasiones. Por ejemplo, se limpió a fondo en 1980 por la visita de Juan Pablo II a Brasil ese año. En el siglo XXI se agregaron escaleras mecánicas y ascensores panorámicos. Antes, para llegar a la estatua, los turistas debían subir más de 200 escalones.

 

El expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su familia en una visita al Cristo Redentor. Crédito: la Casa Blanca.

 

Otras personas influyentes también han visitado este emblemático monumento en la cima del Corcovado. Es el caso de Diana, la Princesa de Gales, el Dalai Lamael expresidente de los Estados Unidos, Barack Obama. El monumento se ha convertido en uno de los atractivos de Brasil más conocidos internacionalmente. Como indica la web oficial de la escultura, “quien mira hoy al cerro Corcovado no puede imaginarlo sin la imagen del Cristo Redentor fijada en su cima”.

 

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  • Hormigón

La silla de coronación de Carlos III fue construida por encargo del rey de Inglaterra Eduardo I. Crédito: Abadía de Westminster.

La historia detrás de uno de los muebles más famosos de la historia

El mueble más famoso de Reino Unido tiene más de 700 años de historia. La silla en la que se coronó Carlos III esconde una roca de 152 kilos en su interior y está cubierta por una fina capa de oro con motivos de plantas y animales. Así han sido los minuciosos trabajos de conservación a los que se ha sometido en las últimas décadas.

ISABEL RUBIO ARROYO | Tungsteno

 

La silla de la Coronación de Carlos III es el mueble más antiguo de Reino Unido que todavía se utiliza para su propósito original. Situada en la capilla de la Abadía de Westminster, ha sido partícipe de la coronación de más de 39 monarcas y de delicados trabajos de conservación. Analizamos la historia y los misterios de uno de los muebles más preciados y famosos del mundo.

Una silla que esconde una piedra sagrada

Este icónico mueble de roble, que supera los dos metros de altura, fue construido entre los años 1297 y 1300 por orden del rey Eduardo ISu objetivo era crear un "estuche de reliquia" para albergar la famosa Piedra del Destino, también conocida como la Piedra de Scone. Esta roca rectangular de arenisca de 152 kilos es considerada un objeto sagrado y un antiguo símbolo de la monarquía escocesa, ya que fue utilizada durante siglos en la investidura de sus reyes.

“La piedra ahora se mantiene en Escocia, aunque la Silla y la Piedra se reúnen para las coronaciones”, explica Susan Jenkins, curadora de la Abadía de Westminster. Eduardo II fue el primer rey en utilizar la silla en su coronación en 1308. El último ha sido Carlos III de Reino Unido, que heredó el trono tras la muerte de Isabel II y fue coronado a sus 74 años con su esposa, Camila, el 6 de mayo de 2023.

 

Carlos III fue coronado el 6 de mayo de 2023 como rey de Reino Unido en la Abadía de Westminster. Crédito: BBC.

 

De grafitis de escolares a un bombardeo

 

La silla fue pintada por el pintor del rey Eduardo I, Walter de Durham, y cuidadosamente decorada. La madera se cubrió con una fina capa de oro con motivos de plantas, pájaros y otros animales sobre un fondo dorado, además de con la figura de un rey pintada en el reverso. "Es uno de los artefactos supervivientes más antiguos asociados con las coronaciones de los que tenemos una procedencia completa", dice a Architectural Digest RM Morris, investigador asociado senior honorario de la Unidad de Constitución del University College de Londres.

En sus más de siete siglos de historia, el mueble ha sufrido algunas alteraciones, como indica la Abadía de Westminster: “Desde la adición ornamentada de cuatro leones dorados, el animal nacional de Inglaterra, a principios del siglo XVI hasta el destructivo grafiti en el respaldo de la silla por los escolares de Westminster y los visitantes de la Abadía en los siglos XVIII y XIX”. Uno de los turistas grabó "P. Abbott durmió en esta silla del 5 al 6 de julio de 1800" en el asiento. Además, en 1914 un atentado con una bomba que en teoría fue realizado por un grupo de sufragistas causó daños en una de sus esquinas.

 

Este icónico mueble de roble supera los dos metros de altura y alberga una roca durante sus coronaciones en su interior. Crédito: Westminster Abbey.

 

Trabajos de conservación para devolver el esplendor a la silla

 

La silla también se ha sometido a varios trabajos de conservación y limpieza. En 2010, mientras se realizaban este tipo de labores, se encontraron pequeños rastros de colores vivos en ella, se colocó una nueva tracería de madera en el frente de la silla —la original faltaba desde el siglo XVIII— y se descubrió que en un principio no tenía asiento. “Probablemente se usó un cojín en la parte superior de la Piedra en épocas anteriores”, explica la Abadía de Westminster.

Este año, unos meses antes de la coronación de Carlos III, los restauradores de la Abadía de Westminster usaron esponjas y bastoncillos para limpiar la silla y recuperar el dorado, según explicó Kristia Blessley, encargada de pinturas de la Abadía, al Daily Mail. “Es muy importante para la historia de nuestro país y en la historia de la monarquía y es realmente único como conservadora trabajar en algo que todavía se usa para la función original para la que fue hecha”, afirmó.

A pesar de todos los cambios que ha sufrido, “la silla sigue siendo el lugar donde se sienta el monarca en el momento de su coronación, marcando una tradición y una conexión con todos los que le han precedido”, como indica la Abadía de Westminster. Jenkins explica que el mueble se coloca frente al Altar Mayor y el monarca se sienta de espaldas a la congregación. “Esto enfatiza la naturaleza religiosa del servicio de coronación”, añade. En una ceremonia con más de 2.000 invitados, Carlos III ha sido el último monarca en ser coronado. Sentado en esta silla y con una corona de más de dos kilos y ataviada con piedras preciosas, escuchó las siguientes palabras: “God Save the King (Dios salve al rey, en español)”.

 

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Un equipo de investigadores ha desarrollado una especie de mochila con módulos de células solares que se adhieren al cuerpo de las cucarachas. Crédito: Kenjiro Fukuda.

Cucarachas, libélulas y otros insectos ‘cyborg’

Buscar personas bajo los escombros, inspeccionar zonas peligrosas, polinizar cultivos o monitorizar el medio ambiente. Así pretenden investigadores de todo el mundo conseguir estos objetivos con los insectos ‘cyborg’.

ISABEL RUBIO ARROYO | Tungsteno

 

Los escarabajos, cucarachas o libélulas cyborg pueden entrar en espacios a los que los humanos no pueden llegar. Algo que podría resultar útil para rescatar supervivientes en terremotos y otras situaciones de emergencias o a la hora de inspeccionar lugares peligrosos para, por ejemplo, detectar fugas de gas. Investigamos el potencial y los desafíos asociados a la integración de componentes tecnológicos en estos organismos vivos.

De rescates a inspecciones de lugares peligrosos

Los cyborgs tienen el potencial de realizar funciones que exceden las capacidades normales del organismo, como indica una investigación publicada en la revista científica Nature. “Si pensamos en las funciones de los insectos que los animales no pueden hacer, eso nos inspira a pensar en lo que pueden hacer los robots más pequeños a escala de insectos, que los robots más grandes no pueden hacer”, afirma Kevin Chen, profesor asistente de ingeniería eléctrica en el MIT al periódico The Washington Post.

La idea de crear este tipo de cyborgs no es nueva. En 2006, la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa de Estados Unidos (DARPA) pidió a los científicos estadounidenses que presentaran "propuestas innovadoras para desarrollar tecnología para crear insectos-cyborgs". En 2009 unos investigadores de la Universidad de California en Berkeley anunciaron que habían implantado con éxito electrodos en un escarabajo para controlar sus movimientos en el vuelo. "Demostramos el control remoto de insectos en vuelo libre a través de un sistema de estimulación neuronal en miniatura implantable equipado con radio", explicaron en un artículo publicado en la revista Frontiers in Integrative Neuroscience.

En los últimos años, varios investigadores han tratado de crear insectos cyborg con pequeños circuitos integrados para controlar su comportamiento de cara a la búsqueda y el rescate urbano, el monitoreo ambiental, la inspección de áreas peligrosas e incluso la polinización de cultivos. Mientras que algunos científicos construyen robots completos que imitan el movimiento y el tamaño de insectos reales como las abejas, otros ponen dispositivos electrónicos en insectos vivos como las libélulas e intentan controlarlas.

 

El proyecto DragonflEye busca convertirlas libélulas en una especie de drones. Crédito: Quartz.

 

Los desafíos para los insectos ‘cyborg’

 

Los sensores electrónicos son cada vez más pequeños y mejores y las técnicas de fabricación más sofisticadas. Pero todavía hay algunos desafíos que sortear. Una de las posibles limitaciones de estos cyborgs es el volumen y el peso de las baterías. Algo que, en teoría, se podría solventar haciendo que los robots regresen a las ubicaciones de recarga designadas antes de que se agoten las baterías o suministrando energía a las baterías de forma inalámbrica.

Así lo indica un equipo de investigadores que asegura haber desarrollado un insecto cyborg recargable que utiliza una especie de mochila con un módulo de células solares orgánicas ultrasuaves que no afecta a su capacidad de movimiento. Las pruebas, cuyos detalles han sido publicados en Nature, han sido realizadas con la cucaracha gigante de Madagascar o cucaracha silbadora (Gromphadorhina portentosa), que no tiene alas.

 

Las cucarachas ‘cyborg’ podrían ayudar a encontrar supervivientes en situaciones de emergencia. Crédito: Riken.

"Las baterías dentro de los robots pequeños se agotan rápidamente, por lo que el tiempo de exploración se acorta", explica Kenjiro Fukuda, el investigador que lideró la investigación, a Reuters. Un beneficio clave en este caso es que “cuando se trata de los movimientos de un insecto, éste se mueve a sí mismo, por lo que la electricidad requerida no es tanta".

Además, algunos expertos cuestionan el impacto de este tipo de tecnologías en el bienestar de estos animales. A Jeff Sebo, profesor de bioética animal en la Universidad de Nueva York, le preocupa cómo se pueden sentir los insectos vivos al ser controlados por humanos mientras transportan tecnología pesada. Según explica, no está claro si sienten dolor o angustia, pero eso no significa que los humanos deban ignorarlo. “Ni siquiera estamos pasando por la petición de tener leyes o políticas o juntas de revisión para que podamos intentar reducir los daños que les imponemos”, añade.

 

Algunos investigadores sugieren enviar pequeñas descargas al abdomen de las cucarachas para dirigirlas. Crédito: Riken English Channel.

Aunque las promesas de varios investigadores resultan prometedoras, la mayoría de los avances aún se encuentran en fase de investigación, a años de su comercialización. Pero, como señala Chen, hay que tener en cuenta que hace 10 años todo esto “sonaba a ciencia ficción”. Algunos de sus vaticinios actuales también parecen sacados de un futuro muy lejano. Se imagina un enjambre de robots que imiten a las luciérnagas o abejas y polinicen cultivos en granjas verticales y en el espacio. En este último escenario, “un robot volador sería mucho más adecuado que enviar abejas”. Solo el futuro revelará si sus predicciones se hacen realidad o finalmente se quedan en el terreno de la imaginación.

 

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  • Innovación y tecnología

Los misterios del edificio más pesado del mundo

Más de cuatro millones de toneladas. Es el peso abrumador del Palacio del Parlamento en Bucarest. Analizamos la construcción y las curiosidades del segundo edificio administrativo más grande del mundo tras el Pentágono de Estados Unidos.

ISABEL RUBIO ARROYO | Tungsteno

 

Del One World Trade Center a la Pirámide de Keops pasando por la Gran Mezquita de La Meca y el Burj KhalifaSon algunas de las estructuras más pesadas del mundo. Pero el primer puesto lo ostenta un edificio en Bucarest, la capital de Rumanía, que ostenta unas cifras de vértigo. Se trata del Palacio del Parlamento, que pesa cuatro millones de toneladas. Así se levantó esta megaestructura que, según el Libro Guinness de récords mundiales, cuenta con 700.000 toneladas de acero y bronce, 1 millón de metros cúbicos de mármol, 3.500 toneladas de cristal y 900.000 metros cúbicos de madera.

 

El Palacio del Pueblo pero sin el pueblo

 

Tras el terremoto del 4 de marzo de 1977, el dictador Nicolae Ceaușescu inició un plan para reconstruir Bucarest. El líder de la era comunista de Rumania quería construir un edificio más grande y más impresionante que el Kremlin de Moscú y la Casa Blanca de Washington DC. El resultado fue el Palacio del Parlamento, que en un principio se llamó Palacio del PuebloUn nombre un tanto irónico teniendo en cuenta que gran parte de la población sufría escasez de alimentos y apagones mientras que se invertían 2.000 millones de dólares en este proyecto para las élites.

La construcción, que comenzó en 1984, no estuvo exenta de polémica porque hubo que demoler parte del centro histórico de Bucarest, como iglesias, sinagogas, monasterios y viviendas. La gente recibió un aviso por la mañana para guardar sus cosas y marcharse, y al mediodía llegaron las excavadoras y comenzaron a demoler todo lo que estaba a la vista, según recoge el portal Atlas Obscura, que indica que un total de 40.000 personas fueron desplazadas y 9.000 casas fueron destruidas.

 

El Palacio del Parlamento es el segundo edificio administrativo más grande del mundo tras el Pentágono. Crédito: Earth 3D Map.

 

De 1.000 habitaciones a un búnker subterráneo

 

Más adelante, unos 20.000 trabajadores, 5.000 soldados y 700 arquitectos se pusieron manos a la obra. Las fábricas estatales de Rumania se utilizaron para decorar los interiores con cortinas de brocado plateado y techos con pan de oro. El objetivo era que la construcción durará dos años, pero de las más de 1.000 habitaciones que el edificio tiene en su interior, solo unas 400 están terminadas.

Si por algo destaca este edificio, es por sus magnitudes estratosféricas. Con una altura de 84 metros y una superficie total de 365.000 metros cuadrados, es la segunda estructura más grande del mundo después del Pentágono de Estados Unidos. En su interior, además de un millar de habitaciones, cuenta con una sala de conciertos para 4.000 personas y un centro de conferencias para más de 1.500 personas. Entre las salas, hay alguna que incluso supera las proporciones de medio campo de fútbol, según el periódico The Guardian.

 

El Palacio del Parlamento alberga el Centro Internacional de Conferencias de Bucarest. Crédito: Partido Popular Europeo.

 

El Union Hall del palacio cuenta con dos grandes escaleras de caracol que descienden hasta la entrada principal. Ceaușescu quería hacer entradas grandiosas y sincronizadas junto con su esposa. “Era bajo y delicado por su altura, así que hizo reconstruir las escaleras dos veces para que coincidieran con su paso”, explica una empleada parlamentaria a la CNN. Bajo el suelo, el edificio tiene ocho niveles subterráneos. El dictador temía una guerra nuclear, por lo que ordenó la construcción de un búnker con paredes de hormigón de 1,5 metros de anchura para proteger a los líderes del gobierno en caso de un ataque.

 

¿Convertir el edificio en un parque temático o un casino?

 

Ceaușescu fue líder de Rumania desde 1965 hasta que fue derrocado y asesinado a tiros en una revolución en 1989. Cuando murió, la mayoría de los exteriores del Palacio del Parlamento se habían completado, pero los interiores no. La administración entrante no sabía qué hacer con él. “No podían permitirse el lujo de demoler los edificios, pero tampoco tenían el dinero para silenciar la temida sensación que emanan. Eran restos profundamente monumentales de este pasado reciente que todos querían olvidar”, señala Emanuela Grama, de la Universidad Carnegie Mellon.

Se valoraron varias propuestas sobre qué hacer con él: de convertirlo en un parque temático a apostar por el centro comercial o el casino más grande del mundo. Pero ninguna se llevó a cabo. A día de hoy alberga el Senado y la Cámara de Diputados de Rumanía, el Centro Internacional de Conferencias de Bucarest y el Museo Nacional de Arte Contemporáneo. Sus gigastescas proporciones y toda la historia que tiene a sus espaldas lo han convertido en una de las principales atracciones turísticas de Bucarest, además de en el escenario de películas y programas de televisión de todo el mundo.

 

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  • Edificios históricos

La conexión Wi-Fi no se transmite igual por el aire que por el agua. Crédito: Unsplash.

Wifi submarino y cómo llega Internet a sitios remotos

Un equipo de investigadores ha desarrollado un “wifi submarino" que funciona bajo el agua. Así funcionan este y otros sistemas para conectarse a Internet en sitios remotos como el océano, la Antártida o el espacio.

ISABEL RUBIO ARROYO | Tungsteno

 

Navegar por la web es una actividad habitual para millones de usuarios de todo el mundo. De hecho, el 64,4% de la población mundial tiene acceso a Internet, según Statista. Algunos científicos intentan expandir la red a la Antártida, las profundidades del océano o la Luna. ¿Cómo se conectan los astronautas a Internet desde el espacio? ¿Hay wifi en el lugar más frío del planeta? ¿Y debajo del agua? En el Día Mundial de Internet, analizamos algunos proyectos para llevar la red a los sitios más remotos del universo.

 

Wifi en el espacio

 

“Probablemente veas imágenes de la Estación Espacial de astronautas con iPads u ordenadores portátiles no conectados por cables”, explica Richard Hollingham, periodista científico y comentarista de lanzamientos de la Agencia Espacial Europea, en el portal The Naked Scientists. Allí tienen wifi, pero “realmente no están conectados a Internet como tal”. Lo que hacen, según explica el experto, es acceder al sistema de comunicación de la NASA, proporcionado por satélites de seguimiento y transmisión de datos.

La Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés) gira alrededor de la Tierra en órbita terrestre baja —da una vuelta cada 90 minutos—. Por encima, giran en órbitas geoestacionarias varios satélites que transmiten datos hacia el suelo, según Hollingham. Los astronautas los utilizan, entre otras cosas, para visualizar vídeos en HD e incluso ver películas. “Los sábados o domingos por la noche suelen tener una noche de cine en la Estación Espacial”, afirma el experto.

 

Los astronautas de la Estación Espacial Internacional se conectan a Internet gracias a algunos satélites. Crédito: NASA.

 

Internet en el lugar más frío del planeta

 

Los científicos se turnan para visitar la Antártida y hacer sus investigaciones sobre el cambio climático, el agotamiento de la capa de ozono o el aumento del nivel del mar. Como indica el Comité Científico para la Investigación en la Antártida (SCAR, por sus siglas en inglés), “la región antártica es un ‘laboratorio natural’ inigualable para investigaciones científicas vitales, importantes por derecho propio e imposibles de realizar en cualquier otro lugar del planeta”.

Para acceder a Internet, los investigadores se conectan a diferentes sistemas de satélites, algunos de los cuales solo están disponibles durante unas horas al día, según Pilot, un proveedor de servicios de Internet: “La latencia es alta, el ancho de banda es mediocre y todos los científicos del continente tienen que programar su acceso a la red con anticipación para cargar sus datos (y sus selfies)”.

Ha habido múltiples intentos de llevar a la Antártida el Internet de alta velocidad. El 98% de todo el tráfico internacional de Internet circula por una red inmensa de cables submarinos. La Fundación Nacional de Ciencias (NSF, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos ha valorado la posibilidad de construir un cable de fibra óptica que viaje a lo largo del lecho marino desde la Antártida hasta Nueva Zelanda o Australia. En los últimos meses también se han realizado varias pruebas con Starlink, el servicio de Internet satelital de alta velocidad desarrollado por SpaceX, de Elon Musk.

 

En los últimos años, múltiples proyectos han impulsado la conexión de alta velocidad en la Antártida. Crédito: Unsplash.

 

El desafío de conectarse bajo el mar

 

La conexión Wi-Fi no se transmite igual por el agua que por el aire. Un equipo de investigadores ha propuesto una solución, cuyos detalles han sido publicados en IEEE Communications MagazineSe trata de Aqua-Fi, un "Wi-Fi submarino" para poder enviar información bajo el agua. El sistema ha sido probado para conectar una plataforma submarina de forma inalámbrica a Internet y transmitir voz y video en tiempo real utilizando luz LED y láser en un entorno de agua estática.

Sin embargo, tiene algunas limitaciones. Los propios investigadores reconocen que si se implementara en un entorno real en el mar o en el océano, cualquier movimiento del agua podría generar una turbulencia y afectar a la calidad del sistema. Los próximos trabajos deberían centrarse en mejorar la tasa de datos y en reducir el tamaño de los equipos necesarios. “El sistema en su conjunto requiere miniaturización para permitir el montaje en objetos pequeños”, señala la investigación. Algo que también ayudaría a reducir el consumo de energía.

 

Un equipo de investigadores desarrolla un "Wi-Fi submarino" para enviar información bajo el agua. Crédito: IEEE Communications Magazine.

 

Pese a estos proyectos y avances prometedores, los sistemas que en la actualidad llevan Internet bajo el agua, a la Antártida o al espacio aún están lejos de ser tan rápidos y eficientes como los que millones de personas reciben en sus hogares. Scott Kelly, astronauta que pasó un año en la ISS, explicaba hace unos años en Twitter que la velocidad de conexión allí era bastante lenta. Algo que ha cambiado en los últimos años y probablemente siga mejorando, ya que múltiples investigadores se han puesto manos a la obra con un objetivo: llevar las comunicaciones vía Internet en sitios remotos al siguiente nivel.

 

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  • Innovación y tecnología

Algunos investigadores buscan la forma de que los drones puedan mantenerse en el aire de forma indefinida. Crédito: Unsplash.

Drones que vuelan “para siempre” cargados por rayos láser

Los drones son especialmente útiles para entregar paquetes o en misiones de búsqueda y rescate. Pero todavía no hay una forma efectiva de mantenerlos encendidos durante largos periodos de tiempo. Así pretende un equipo de investigadores chinos cargarlos de forma remota con rayos láser.

ISABEL RUBIO ARROYO | Tungsteno

 

Mientras que algunos países tratan de destruir drones con armas láser, un equipo de investigadores chinos ha usado esta tecnología para cargar estos aparatos de forma remota y que puedan mantenerse en el aire “para siempre”. Algo que podría impulsar su utilidad en labores de rescate o de seguridad, además de para controlar el tráfico. Analizamos el potencial y las limitaciones de esta tecnología.

 

El desafío de cargar un dron de forma remota

 

El dron en cuestión tiene un convertidor fotoeléctrico en su parte inferior que, en teoría, convierte la energía del láser en electricidad. Aunque este tipo de sistemas hacen un trabajo “bastante decente” de transmisión de energía inalámbrica, la eficiencia “no es muy buena”según indica el portal especializado en ciencia y tecnología New Atlas. “En el extremo de la transmisión, la eficiencia de potencia a láser puede estar entre el 50% y el 85%, dependiendo de cómo de sofisticado sea el láser, y en el extremo receptor es probable que pierda alrededor del 50% de su energía nuevamente”, señala el portal.

Para cargar el dron de forma remota, los científicos de la Universidad Politécnica del Noroeste en Xianyang (China) tenían que rastrear los drones en el aire. Desarrollaron un “algoritmo de seguimiento visual inteligente" pensado para mantener el haz apuntando al dron en todo momento. También diseñaron un sistema para modelar el haz y adaptarlo a los cambios en la densidad atmosférica, además de un método para identificar obstáculos y ajustar rápidamente su potencia a un nivel seguro.

 

El sistema utiliza rayos láser para alimentar de forma remota un dron. Crédito: Universidad Politécnica del Noroeste.

 

De misiones de rescate al control del tráfico

 

Los científicos chinos llevaron a cabo sus pruebas de forma exitosa en interiores con las luces encendidas y apagadas y en exteriores por la noche. En ellas, el dron supuestamente alcanzó altitudes de al menos unos 10 metros. Pero los investigadores están convencidos de que este sistema podría extrapolarse a operaciones de drones a mayor altitud y mucho más ambiciosas.

“En algunas misiones que consumen mucho tiempo, como la búsqueda de turistas atrapados en inundaciones repentinas, el vuelo continuo de los drones ahorrará en gran medida un valioso tiempo de rescate”, señalan los investigadores. Estos aparatos también podrían usarse para el control del tráfico, labores de seguridad y logística. Además, los investigadores van más allá y vaticinan algo que de primeras resulta bastante inverosímil y más propio de la ciencia ficción: “Un futuro en el que los drones grandes se podrán transformar en autobuses aéreos para construir una red de tráfico tridimensional”. “Incluso podemos crear un 'satélite de baja altitud' o 'luna artificial' con esta tecnología”, añaden.

 

Algunos drones pueden utilizarse para controlar el tráfico, entregar paquetes o en labores de rescate. Crédito: Unsplash.

 

¿Un método “prohibitivamente costoso”?

 

Aunque esta solución parece a priori prometedora, todavía se desconocen muchos detalles sobre cómo funciona este sistema. Por ejemplo, los investigadores no han hecho públicos los datos sobre la eficiencia de conversión fotoeléctrica del rango del sistema. Una gran omisión, como indica el portal especializado en ciencia y tecnología Interesting Engineering, ya que hacer funcionar un rayo láser de alta energía las 24 horas del día y los 7 días de la semana para mantener un dron en el aire podría resultar “prohibitivamente costoso y requeriría cantidades masivas de energía”. Tampoco está claro hasta qué punto estos rayos láser podrían suponer un peligro en espacios abiertos.

De momento, los investigadores tienen solo un prototipo de laboratorio que aún se encuentra en una etapa inicial. No son los únicos que persiguen este ambicioso objetivo. La Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa (DARPA) de Estados Unidos, por ejemplo, busca la forma de convertir los camiones cisterna de reabastecimiento aéreo en "pozos de energía en el aire" para recargar con rayos láser drones que funcionan con baterías, según el portal especializado en defensa The WarzoneHabrá que esperar para ver si estos métodos finalmente resultan ser una forma efectiva de mantener los drones en el aire durante largos periodos de tiempo o simplemente una promesa sin cumplir.

 

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Hormigón cósmico y otros materiales para construir en el espacio

¿Es el material de construcción más utilizado en la Tierra, el hormigón, una buena alternativa para construir en el espacio? Algunos investigadores creen que sí. Analizamos los materiales y desafíos para conseguir un objetivo propio de la ciencia ficción.

ISABEL RUBIO ARROYO | Tungsteno

 

Un planeta o un satélite con edificios, viviendas o plataformas de aterrizaje de cohetes puede parecer un escenario de ciencia ficción. Pero cada vez más científicos trabajan para hacerlo posible y así facilitar la exploración espacial y la habitabilidad de la superficie lunar y marciana. Así pretenden utilizar algunos recursos in situ para desarrollar materiales de construcción adaptados a la infraestructura y al entorno.

 

Cómo se comporta el hormigón en el espacio

 

“En las misiones a la Luna y Marte, los humanos y el equipo deberán protegerse de las temperaturas extremas y la radiación, y la única forma de hacerlo es construyendo infraestructuras en estos entornos extraterrestres”, explica la investigadora Aleksandra Radlinska, de la Universidad Estatal de Pensilvania. Algunos científicos ven en el hormigón, el material de construcción más utilizado en la Tierra, una buena alternativa para construir en el espacio.

La NASA cosnsidera que “es lo suficientemente resistente y duradero como para brindar protección contra la radiación cósmica y los meteoritos, y es posible que se pueda fabricar utilizando los materiales disponibles en estos cuerpos celestes”. Aunque a priori la idea puede parecer prometedora, la comunidad científica todavía tiene varias preguntas sin respuesta sobre la química y las estructuras microscópicas involucradas y sobre cómo los cambios en la gravedad pueden afectar al material.

 

Varios investigadores estudian qué se requeriría para edificar en Marte. Crédito: DamiLee.

 

Suelos lunares y marcianos para hacer hormigón

 

Norman Wagner, catedrático de Ingeniería Química y Biomolecular en la Universidad de Delaware, considera que “si vamos a vivir y trabajar en otro planeta como Marte o la Luna, tenemos que hacer hormigón”. Pero “no podemos llevar bolsas con nosotros, necesitamos usar recursos locales”. Su equipo ha convertido con éxito suelos lunares y marcianos simulados en cemento de geopolímero —considerado un buen sustituto del cemento convencional—.

Los investigadores mezclaron varios suelos simulados con silicato de sodio y arrojaron la mezcla de geopolímeros en moldes similares a cubitos de hielo. Después de siete días, midieron el tamaño y el peso de cada cubo y lo trituraron para comprender el comportamiento del material bajo carga. Su objetivo era saber si las ligeras diferencias en la química entre los suelos simulados afectaban a la resistencia del material.

“Cuando despega un cohete, hay mucho peso empujando hacia abajo en la plataforma de aterrizaje y el hormigón debe resistir, por lo que la resistencia a la compresión del material se convierte en una métrica importante”, explica Wagner. Al menos en la Tierra, su equipo consiguió “fabricar materiales en pequeños cubos que tenían la resistencia a la compresión necesaria para hacer el trabajo”.

 

Los exploradores necesitarán refugios en Marte para protegerse del duro entorno marciano, según la NASA. Crédito: NASA/Clouds AO/SEArch.

 

Impresoras para construir en el espacio

 

La NASA también está explorando nuevos materiales y desarrollando tecnología para construir estructuras en superficies planetarias utilizando recursos in situ. Por ejemplo, plataformas de aterrizaje, carreteras, hábitats, garajes o refugios contra la radiación. Pero a la hora de construir en el espacio, más allá del material utilizado, habría que sortear muchos otros desafíosAl reto de trasladar las herramientas necesarias hasta allí, se suma que las grandes máquinas utilizadas en procesos de construcción han sido diseñadas para trabajar en la Tierra.

En este contexto, algunos investigadores tratan de sacar provecho a la impresión 3D. “Queremos aumentar el nivel de preparación tecnológica y los sistemas de prueba para demostrar que sería factible desarrollar una impresora 3D a gran escala que podría construir infraestructura en la Luna o Marte”, afirmó en 2020 Corky Clinton, subdirector de la Oficina de Ciencia y Tecnología del Centro Marshall de Vuelos Espaciales de la NASA. Pero hay que tener en cuenta que el espacio también presenta desafíos que dificultan la impresión 3D. La gravedad permite que las capas de material impreso en 3D se “peguen” a medida que se imprimen y se secan, por lo que uno de los mayores problemas es el de la microgravedad —esa condición en la que las personas u objetos parecen no tener peso—.

 

Las condiciones en el espacio pueden dificultar la impresión 3D. Crédito: Tomorrow´s Build.

 

Aún es pronto para vaticinar si algún día habrá grandes construcciones en otros planetas —o si es, más bien, una misión imposible—. En todo caso, serán necesarias muchas más investigaciones para desarrollar materiales que resistan en las condiciones del espacio y máquinas capaces de levantar edificios como los que lucen en la Tierra. De momento, solo hay una certeza: múltiples investigadores se han puesto manos a la obra para conseguir hacer realidad lo que ahora solo es una fantasía de la ciencia ficción.

 

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Tungsteno es un laboratorio periodístico que explora la esencia de la innovación.

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