ISABEL RUBIO ARROYO | Tungsteno
Amazon ya soñaba en 2013 con repartir millones de productos con drones que surcaran los cielos. Pero no fue hasta finales del año pasado cuando el gigante tecnológico consiguió al fin la aprobación de la Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos para su servicio de entregas con drones. Ante el imparable auge del comercio electrónico, los vehículos aéreos no tripulados prometen revolucionar el sector de la paquetería. Pero, si múltiples compañías llevan años apostando por este tipo de tecnologías, ¿por qué parece que los drones para el reparto de paquetería no acaban de despegar?
¿Cuál es exactamente el objetivo de Amazon y qué otros proyectos hay en marcha?
Cuando recibas un paquete en un futuro, probablemente no abras la puerta a un repartidor, sino a una máquina. El objetivo de Amazon es enviar paquetes de hasta dos kilogramos “de manera segura” a los clientes en menos de 30 minutos. La compañía asegura estar probando “muchos diseños de vehículos y mecanismos de entrega diferentes para descubrir la mejor manera de entregar paquetes en una variedad de entornos operativos”. Las pruebas se realizan en centros de desarrollo en Estados Unidos, Reino Unido, Austria, Francia e Israel.
En 2019 presentó en su evento global re:MARS, en Las Vegas, un híbrido entre un helicóptero y un dron. “Puede realizar despegues y aterrizajes verticales, como un helicóptero. Y es eficiente y aerodinámico, como un avión. También cambia fácilmente entre estos dos modos: del modo vertical al modo avión y de regreso al modo vertical”, explica Jeff Wilke, exdirector ejecutivo de la división de consumo de Amazon. Gracias a sistemas de inteligencia artificial, el aparato emplea sensores y algoritmos para intentar identificar y evitar objetos estáticos y en movimiento: desde chimeneas a una persona haciendo parapente, un helicóptero o animales.
Algunos drones emplean sensores y algoritmos para intentar identificar y evitar objetos estáticos y en movimiento. Crédito: Amazon.
Amazon no es la única compañía que experimenta con estos dispositivos. Alphabet —la matriz de Google—, UPS o la cadena de supermercados estadounidenses Walmart son algunas de las grandes compañías que están introduciendo drones de reparto en sus negocios. En España, Correos ha realizado pruebas con drones capaces de alcanzar los 100 kilómetros por hora y soportar vientos de hasta 40 kilómetros por hora.
¿Por qué es tan complicado convertir estos pequeños proyectos en pruebas masivas?
En gran parte de los casos, la respuesta está en la normativa, cuyo principal objetivo es garantizar la seguridad. En España, pese a que se han realizado vuelos experimentales supervisados por la Agencia de Seguridad Aérea (AESA), la legislación no permitía hasta hace unos meses el uso de aeronaves no tripuladas para repartir paquetes. Ahora sí está permitido, pero siempre que se cumplan unos requisitos “muy exigentes”, según Isabel Maestre, directora de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea. El vuelo de drones estará condicionado por el peso del dron, la presencia de otras personas y la cercanía a edificios.
Los vehículos aéreos no tripulados prometen revolucionar el sector de la paquetería. Crédito: Walmart.
¿A qué otros obstáculos se enfrentan las compañías?
A las barreras legislativas, se suman los costes iniciales de implementación y la posibilidad de que este tipo de tecnologías no estén lo suficientemente maduras. Un accidente con un dron podría llegar a causar víctimas mortales. Amazon indica que el aspecto y las características de sus drones seguirán evolucionando con el tiempo. “Sabemos que los clientes sólo se sentirán cómodos recibiendo entregas con drones si saben que el sistema es increíblemente seguro”, comenta Wilke. Una vez superados este tipo de obstáculos, entre los desafíos a largo plazo destaca el de aumentar la capacidad de carga. Aunque la legislación lo permitiese, algunos envíos pesados no se podrían realizar con muchos drones actuales.
¿Por qué resulta atractiva la idea de usar drones para enviar paquetes?
La llegada de drones a las calles podría traer consigo múltiples beneficios. Destaca el potencial de estos aparatos para el reparto en situaciones de emergencia y zonas aisladas, tal y como subraya Correos: “La intención es aplicar esta tecnología para mejorar las capacidades de distribución de Correos y como una herramienta complementaria a disposición de los carteros que les facilite realizar sus tareas de reparto en zonas rurales de difícil acceso o que se quedan aisladas por las inclemencias meteorológicas, sin exponer su seguridad”.
Además de llegar a zonas de difícil acceso, los drones autónomos podrían suponer un ahorro de costes a las empresas y reducir las emisiones de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero. Un aspecto especialmente importante en un momento en el que el comercio online no para de crecer. La pandemia de coronavirus lo ha disparado. Cinco de cada 10 españoles ya compran por Internet, según la Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de Información y Comunicación en los Hogares elaborada por el Instituto Nacional de Estadística.
Los drones autónomos podrían suponer un ahorro de costes a las empresas y reducir las emisiones de dióxido de carbono. Crédito: HadasBandel / Wikimedia Commons.
¿Cuándo se espera que tomen los cielos este tipo de drones?
Maestre indica que aún es pronto para que los drones tomen los cielos de manera masiva, al menos en España. “Nuestra visión es que empezarán a verse iniciativas en condiciones muy acotadas, tales como proyectos experimentales u operaciones de reparto de emergencia, en los próximos meses, pero el transporte masivo de bienes de consumo tendrá un horizonte temporal de, al menos, dos o tres años”, explica.
Mientras tanto, compañías como Amazon aseguran que empezarán a usar estos drones cuando y donde tengan el apoyo regulatorio necesario para hacerlo de manera segura. Los desafíos son complejos, pero la autorización que ha recibido el gigante del comercio electrónico para entregar paquetes con drones en Estados Unidos nos acerca un poco más a ese futuro utópico en el que los vehículos no tripulados tomen los cielos para entregar paquetes en cuestión de minutos en cualquier parte del mundo.
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